Esas cosas raras de la gente del opus...- Nelli
Fecha Friday, 25 June 2010
Tema 070. Costumbres y Praxis


Es muy frecuente que se escuche el comentario que la gente del opus es un tanto rara, aunque no se especifica el porqué. Es algo así como un no se qué que qué se yo… Gracias a Opuslibros, he podido vislumbrar un poco cuáles son esas “cosas raras” y el origen de las mismas.

 

Hoy voy a enfocarme en una de ellas: las famosas correcciones fraternas. Para los que nunca hemos estado adentro del sistema opus, no sabemos de dónde vienen. Simplemente percibimos como un aire de soberbia e intromisión al ser objeto de las obras caritativas de nuestros conocidos opusinos.

 

Pero si se supone que los católicos debemos de practicar las obras de caridad, ¿cómo es posible que no se vislumbre esa amable caridad opusina al corregir al que yerra? Pues para allá voy. Cuando una está afuera y no entiende esos sistemas, al ser víctima de las correcciones fraternas lo que se viene a la mente es un estado como de shock y después se piensa: ganas de fastidiar. Y es que las correcciones son İde lo más SONSAS!:Te debes vestir de tal o cual forma”. “Debes de usar más maquillaje”. “No deberías usar zapatos descubiertos para ir a comulgar” (caso para las mujeres, obvio) “Eso que haces es pecado” (algo bobo, no hablo de nada serio) etc. Pero lo más curioso del caso es que frecuentemente se trata de un ciego quien se empeña en guiar al tuerto y İSIN SER SOLICITADO! Y después de la corrección fraterna viene ese semblante de satisfacción por parte del opusino y como en espera del agradecimiento de su interlocutor. Mientras que el no opusino se queda de a cuatro y con la boca abierta... ¿Qué paso? ¿Y a santo de que viene esto? ¿Y por qué esa bruta sonrisa del energúmeno de enfrente? ¿Qué se cree? ¿Trae ganas de fastidiar o que? Al entrar a esta web y conocer la muy limitada libertad de expresión en la obra de Escriba, la percepción cambia y el ganas de fastidiar se trasforma en ganas de EXPLOTAR.

 

Esas ganas de explotar es lo más parecido que yo encuentro con un eructo. Lentamente y sin que el individuo ha veces se de cuenta, se va acumulando una presión interna, hay incomodidad al expenderse el cuerpo poco a poco hasta que llega un momento en que ya no se pude más y se explota en un sonoro y pestilente abrupto. Después viene la satisfacción del descanso. Pero en el mundo real, cuando un individuo es el autor de tan malsonante y apestoso bochorno, se disculpa con el interlocutor por la empatía que nos da el ver a nuestro prójimo ser sorprendido y tener que aguantar el mal oliente gas. Pero en el opus se vive el mundo del revés, y en lugar de que el autor se disculpe, es el prójimo quien tiene el deber, con una sonrisa amable, İDAR LAS GRACIAS! Y a tragárselo mijito, İİİTODITO y SIN CHISTAR!!!

 

Sí, esa es una de las cosas raras del mundo de Escriba. Y ya saben, para la próxima que les hagan una corrección fraterna, solo miren con una sonrisa serena a su hermano de casa y piensen desde lo profundo de su ser: İİYA ERUCTO!!

 

Así, con humor,… para que el apeste sea más llevadero…

 

Salud,

 

Nelli









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