En mi anterior escrito mencioné que enviaría una imagen de una foto que siempre estuvo colocada en la habitación de mi tío. Dicha imagen al verla ya sabrán de cual se trata, solo que esta se encuentra dedicada de puño y letra por Don Alvaro del Portillo.
También había otra dedicada por el actual Prelado pero esa no la tengo. Sin embargo, en esta imagen que les presento, se aprecia en la misma el espíritu no entendible del Opus, es decir, estoy de acuerdo que cuando uno vive una situación difícil debemos sacar lo mejor de ella y encararla con valentía, pero de eso a envidiarle a alguien que nos gustaría vivir su misma desgracia, como la de vivir cuadrapléjico durante casi 30 años en una silla de ruedas, me parece un insulto a la inteligencia de la persona que vive así. Porque aún cuando dicha persona sea feliz, las desgracias no se envidian, se viven.
Nunca
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