Sepulcros blanqueados.- Nunca
Fecha Friday, 11 June 2010
Tema 010. Testimonios


Sepulcros blanqueados

Nunca, 11 de junio de 2010

 

 

La última vez que escribí en esta web fue hace años. He tenido la intención de hacerlo en varias ocasiones más, pero claramente no lo he hecho. Yo si quiero decir quién soy, pero lo haré hasta dentro de unos meses más, con todo y fotografía. No lo hago ahora porque no quiero que haya actos de venganza de los miembros del Opus en mi contra. Ya los ha habido anteriormente. Dicen ellos vivir la caridad, pero creo que la mayoría se encuentra lejos, muy lejos de vivirla. Yo los defino como sepulcros blanqueados donde lo que importa son las normas y nada más. Como los que entran al templo a agradecer a Dios por no ser "malos" y por poseer la propiedad absoluta sobre la verdad, porque los que no estamos dentro, estamos equivocados, no somos elegidos, piensan ellos. Sin embargo, aquellos miembros de tal institución y los que no lo son y me lean, y me hayan conocido, sabrán quien soy.

 

Para empezar soy de México y he convivido con muchos, pero muchos miembros de la Obra: numerarios, agregados y supernumerarios. Nunca he conocido a ninguna auxiliar, más allá del comedor en algunos centros de la Obra. Nunca he sido del Opus, gracias a Dios. Pero fui de esos de San Rafael que conoció muchas cosas, tal vez por ser sobrino de uno de los primeros miembros de la Obra en México...



Mi padre fue supernumerario, pero supo salirse a tiempo (en paz descanse). Mi tío, hermano de él, que en paz descanse también, fue numerario la mayor parte de su vida hasta su muerte hace unos 7 años. Él fue uno de los primeros numerarios en México. Se hizo numerario cuando inició la Obra en México y a él le tocó comenzar varias cosas. Fue el director fundador del Colegio Chapultepec en Culiacán, Director del IPADE y junto con otros fundaron la Universidad Panamericana, universidad donde yo estudié (por cierto, realicé un muy mal examen de admisión y no tuve problema alguno en entrar, yo mismo me hubiera rechazado, pero ser sobrino de tal personaje me abrió puertas, pero me cerró muchas más). No sé porque él se hizo de la Obra, ni mi familia sabe, inclusive en esos primeros años nadie entendía nada acerca de una institución laica pero que te entregas para toda la vida y todo lo que ustedes ya saben. Sé que mi abuelo no le pareció (mi familia se compone de inmigrantes españoles a México, católicos extremadamente conservadores, no sé si eso influyó). Ser sobrino de él me ayudó a que me trataran en la Obra de manera preferencial, pero tuve maestros en la universidad que fueron alumnos suyos en la carrera o en el master y al conocerme, yo creo que esperaban que fuera igual a él, y al no serlo, se decepcionaban de mi. Igual, me perjudicó ser su sobrino en el sentido que a fuerzas querían que pitara, y a fuerzas de numerario. Ni siquiera se dieron cuenta que de acuerdo a los estatutos de la Obra no cumplía los requisitos. Podría haber obtenido una dispensa del Prelado, pero yo creo que ni se dieron cuenta.

 

Conocí a la Obra cuando desde niño mi padre me llevó al único club de hombres de la Obra en la ciudad de Hemosillo. Mi padre ya no era de la Obra, en algunas ocasiones me manifestó que no estaba de acuerdo con todo lo que se hacía en ella pero nunca llegó a saber toda la verdad, solo se salió, me imagino que por sus discrepancias con la misma. Por lo que me llevó con la intención de que me formara. Pero me deformé, porque hasta ahora no sé qué es verdad y qué no lo es, me refiero teológicamente, doctrinalmente. La Obra me deformó a tal grado que en una ocasión un sacerdote (de la Obra) me tuvo que absolver en una confesión sin que yo supiera que confesar, toda vez que no sabía que era pecado y que no lo era. Hasta la fecha tengo dudas. Y es que en el Opus casi todo lo es, o está mal, o no te dejan expresarte libremente en base a una mal entendida prudencia, que huele mas a censura que a prudencia.

 

Recuerdo una ocasión en la me comentaron una anécdota de mi tío cuando dirigía una revista, y en la cual criticaba a un Obispo de alguna ciudad, por ciertos actos. Me dijeron que era valiente en señalar tales hechos. Hacia mis adentros pensaba que ahí existía una doble visión para juzgar por parte de la Obra, toda vez que si yo me quería expresar mal de alguien de la Iglesia me decían que no lo hiciera, porque no se debe hablar mal de ellos. Entonces en qué quedamos, ¿si o no? También me hablaban de la obediencia ciega, sin cuestionarme el porqué te lo piden, que fuera como un burrito y aceptara lo que se me pedía, siempre. Que a los directores los asiste el Espíritu Santo. Ahora sé que si así fuera, el Espíritu Santo sería un imbécil, porque no se pueden decir tantas sinrazones y tonterías. Pero yo me creía todo.

 

Regresando a mi niñez, nunca pasé de asistir más que al club pero sin medios de formación alguno mas allá de los del club, que eran muy pocos. Se concentraban en los de dinero, ahora me doy cuenta. Y aún siendo sobrino de tal persona, al no tener dinero, yo creo que no les interesaba. Porque, ya entrando al bachillerato o preparatoria o secundaria o secundario, según se llame en cada país, mi padre ostentaba un cargo dentro del Gabinete del Gobernador de mi estado, se había convertido en alguien bastante conocido dentro del gobierno y la sociedad. Lo era ya antes, pero no tanto como en ese momento. Fue ahí, cuando me empezaron a tratar. No puedo asegurar que fue por esta razón o por mera coincidencia, pero antes ni me pelaban. Es cierto yo llevaba años sin pararme por el centro de la Obra, me dedicaba mas a salir a fiestas y a ser normal, porque para mí es anormal estar dentro de la Obra. No lo digo de manera ofensiva. Y fue solo hasta que en una ocasión que fui por tal centro, que me enganché, o me engancharon. De ahí en adelante comenzó toda mi deformación. Circulo, media hora de oración por la mañana, otra por la tarde, rosario, Evangelio, retiros mensuales y anuales, visita al Santísimo, hora de la tarde, y todas las normas que un miembro de la Obra realiza sin yo serlo, con excepción de las Preces. Así viví años, hasta los primeros de la universidad, hasta que exploté. Me dedicaba a rezar y a tratar de llevar gente. A la de a fuerzas querían que llevara gente. Como no lo lograba, me sentía mal, como si le fallara a Dios y me recriminaban que no llevara gente. Gracias a Dios los poco que llevé no se quedaron ni volvieron. Eran los años mozos de la Obra en Hermosillo, muchos pitaron, de los cuales quedan dos. Por cierto, uno se acaba de ordenar en mayo pasado. Me llegó una invitación por parte de su madre vía email. Obviamente ni pudiendo hubiera asistido. No me llevo mal con él, pero mi relación es de diplomacia y no de amistad. En la Universidad conocí a muchísimos más, pero muchos, muchos ya no están. Se fueron saliendo.

 

Por hoy voy a contar hasta aquí, por lo pronto esto estuvo medio aburrido, espero me regresen los recuerdos, mismos que durante años he tenido la intención de plasmar aquí. Debo ordenar mis ideas. Muchas anécdotas que contaré. Algunas tienen que ver con problemas legales, otras de cuando fui maestro del Colegio, otras muy fuertes que tienen que ver con la muerte de uno de sus miembros, con el embargo que acabo de hacer en contra de un supernumerario, que por cierto me voy a quedar con su casa. A ver si no se hace un desmadre en el centro por este asunto legal, a ver qué van a decir de mi, que soy el diablo mismo. La verdad me vale madre. Ellos saben que me debe dinero y no desea pagar, inclusive me han solicitado que olvide la deuda, pero no me han ofrecido disculpas. Ese señor me ha denunciado inventado delitos que obviamente no han procedido con tal de que no le cobre. Todo corrompiendo autoridades, pero ¿qué eso no es inmoral e ilegal? Inclusive hablé con el Vicario en México para que intercediera y pudiera yo cobrar y hasta parece que se ofendió. Claramente me dijo que no le importaba que fuera a meter a la cárcel a este señor, que a la cárcel le llevarían los medios de formación me dijeron otros. Por cierto, ya ha estado en prisión con anterioridad, antes de ser de la Obra.

 

Hablaré de igual modo de otra situación en la cual un maestro numerario del colegio de hombres y un alumno, compañero mío, vivieron con tintes sexuales de abuso, la cual debo de explicar muy bien sin delatar a los mismos, toda vez que estos nunca lo dieron a conocer a la luz pública, y solo lo supimos todos los del grupo del colegio por boca de los dos protagonistas.

 

Nunca

 

>>Siguiente







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=16368