A mi querido Carlos Llano Cifuentes (QED).- Leon De Castilla
Fecha Wednesday, 09 June 2010
Tema 010. Testimonios


 “Sunt namque qui scire volunt eo fine tantum, ut sciant, et curiositas est;
quidam ut sciantur, et vanitas est;
quidam ut scientiam vendant, et turpis quaestus est;
quidam ut aedificentur, et prudentia est;
quidam ut aedificent, et charitas est”

Aquinate, Super Epistolam I ad Corinthios, lectura 8,1.

 

Carlos, te nos has marchado!, seguro que a mejor vida -que es la eterna- y donde la fe nos dice, gozarás de la visión beatifica de la que tanto nos has dicho y hecho soñar. Te nos fuiste un día de semana cualquiera. En la homilía de tu misa les dijeron que sucedió mientras nadabas en las cálidas aguas de la Florida. Otros menos románticos nos dijeron que te marchaste en un taxi en Miami mientras arreglabas negocios de tu familia de sangre cubana (tu si que tenias tiempo para los dineros de tu familia de sangre, pillín!). En cualquier caso fue un paro cardiaco fulminante, conveniente, pero –siento- un poco ordinario para lo extraordinaria que fue tu vida (ya ves que no fue el cáncer!). Tus hermanos en la Obra, pienso que con afán artificioso de sacar lo extraordinario de entre lo ordinario, hicieron hincapié en que te marchaste con los lentes puestos como muestra de tu eterno empeño en trabajar constantemente… la leyenda ha nacido. La verdad me pareció un poco forzado el punto, más bien me parece que necesitabas de tus lentes para ver más allá de la nariz, ya sea en el mar o en el taxi. En fin, ciertamente los que has dejado atrás te extrañaremos. 

Algunos extrañaremos el liderazgo que durante tantos años ejerciste en las empresas y en la prelatura. Has dejado un gran hueco hermano. Aunque preparaste sesiones para enseñarnos a delegar y a preparar el camino a nuestros sucesores, pues al final no lo pudiste lograr del todo. A tu octogenaria edad seguías siendo pieza fundamental del gobierno y toma de decisiones de las empresas y Obra. Te convertiste en el último recurso al cual acudir, la última instancia con poder cuasi ilimitado para revocar la decisión de cualquier consejo y por tanto cambiar vidas.  Todo líder provoca controversia. 

A la sombra de tu liderazgo florecieron empresarios, intelectuales y co-dependientes deprimidos. Para distinguir unos de otros bastaba vernos, los que lloraban desconsolados eran los que no sabían qué pasaría con sus vidas, tantos años estancada bajo tu sombra, y que ahora sin ti carecía de sentido y protección (acaso ahora si tendrían que trabajar?). No, no te culpo, creo que debajo de cada líder nacen espontáneamente los co-dependientes, incapaces de emanciparse y florecer con su propia luz. Por otro lado, existe la terrible tentación en el líder de sentirse indispensable, importante en la vida de unos cuantos incondicionales, como el que te acompaño en el momento de tu muerte, que curiosamente no era sacerdote, como para darte la absolución. 

Nos dijeron que moriste en Mayo como un signo de predilección de la Sma Virgen. Creo que la Virgen te quería igualmente aunque no hubieras muerto en Mayo, así son las madres. Mientras te esperaban en la Iglesia de San Josemaría –llegaste 30min tarde!- alguien notó que una señora, esposa de uno de tus incondicionales, sacó su librito que se intitulaba “síntomas de la tibieza”. Me pareció la verdad un poco chocante, no sé si por el momento, o por esa constante necesidad de algunos que tienen en examinarse respecto a la tibieza, casi de manera enfermiza, como llaman en recursos humanos, motivación negativa… signo de una moral que floreció bajo tu gestión y que algunos llamaron voluntarista… eso, de moral negativa. En efecto, el asunto no era cómo amar más, sino cómo pecar menos, la pregunta era: cómo extirpar el pecado?. Nada más contrario a San Agustín, pero muy de acuerdo al Aquinate, que nos proporcionó un interminable recetario germano –método incluido- sobre el pecado, que tanto nos enseñaste, y yo transmití a muchos bajo el título de “Teología Moral” (aunque luego el autor del libro, R S, apostató de él).

Carlos, temo por el IPADE, esa escuela de negocios que nos has dejado. Los profesores “fundadores” como tú, se nos han hecho viejos. Los niños están muy niños y poco preparados. Los viejos muy viejos,  pues ya les construimos un asilo para que vayan a tomar el sol. Todos los días piden medias mañanas y comidas a sus oficinas, pues recelan un poco comer junto con los profesores jóvenes, pero como no tienen dónde ir, pues siguen yendo al IPADE. Como bien nos dijo E B, no tenemos un plan de vida para los últimos 20 años de vida. Insertar profesores nuevos y preparados ha probado ser más difícil de lo que parecía, sabes? No tienen nuestro espíritu! Y como ya son grandes no los podemos formar!, solo saben investigar y dar clases, pero…. Y el ambiente apostólico???!!!!. Al parecer hemos abortado el proyecto de renovar al IPADE, los profesores se han hecho viejos, no tienen doctorados, los jóvenes están muy jóvenes y sin experiencia (también sin doctorados) y los insertados son abortados… que hacemos?... y ya no estás aquí para preguntarte. 

La Universidad Panamericana, que necesita de las utilidades del IPADE, está estancada, muchos de los que ahí viven como rémoras persisten por persistir. Supernumerarios de oficio y beneficio que piensan que aun en su mediocridad profesional, el hecho de ser del club del Opus les garantiza un buen pago y poco trabajo. Llevan muchos años ahí, y aunque nunca sus hijos pitarán, ahí siguen, en el club de los buenecillos. El nivel se ha desplomado, no hay profesores profesionales, con investigación, y otras universidades que antes despreciábamos nos han rebasado en calidad con creces… ya ves, es más una carrera de fondo que una de 100m planos. Tu último delfín, J M N, salió más centrado que el anterior R I (aunque algunas me han dicho que le bailan los ojillos), la estabilidad es ya una ventaja!. J M N, dicen que filosofo como tú, tiene un gran sentido común, que al parecer no es tan común. Ya lo ves, está estudiando el AD2 en el IPADE aún que siempre dijo que ser filosofó era condición suficiente para saber dirigir, ja! Que inocente!. Ahora a tragarse sus palabras y aprender un poco de finanzas, comercial, operaciones, it, etc… En fin que la universidad necesitamos urgentemente talento y liderazgo… pero no te culpo, esta crisis de ahora no es exclusiva de estas instituciones, sino de nuestros tiempos, se nos han ido tantos!.  

Te agradezco tu amistad y paciencia… llegaste hasta la última línea junto conmigo. Sin ser tu preferido, siempre nos mostramos respeto mutuo… ya ves!, terminé con posgrado y todo gracias a tus retos… cosa que no significa nada, pero a la vez todo. Como bien me dijiste, en el mundo de negocios, nadie nos llama por los títulos… ja!, ahí solo importan los resultados contantes y sonantes. 

Recuerdo todos los discursos sobre ética que nos diste… cuanto aprendí de ti!. “Siempre tienes que tener un plan Popotla!*” me dijiste, cuando aún estaba dentro de la Obra… de no haber sido por ese consejo me hubiera ido como tantos, con una mano adelante y otra atrás (*Popotla es la zona de la Ciudad de México donde se dice que el Conquistador Hernán Cortez lloró desoladamente la noche triste de su derrota ante los Aztecas, Carlos se refería a tener siempre un plan para cuando todo sale mal, un plan de retirada).  

Carlos de cabeza honesta e incisiva, te reprocho, buen amigo, que no supiste dejar el poder. Tu tiempo llegó hace años y no lo viste. Te reprocho que, aunque perdonaste, nunca olvidaste, y dejaste en un cajón a todos los que traicionaron tu confianza –ahí siguen. Te reprocho que no supiste formar a tu sustituto o crear un ambiente de autogobierno eficiente. Fuiste gran iniciador y regular gobernador. Gran visión de corto-mediano plazo, regular de mediano-largo en lo propio. Malo para lo propio, bueno para los demás. Te reprocho el voluntarismo religioso que enseñaste a todos y que tanto mal ha hecho a algunos. Te reprocho la demonización de las pasiones como principio antropológico, tanto nos hubieran servido ser un poco más humanos!. Te reprocho que a todos nos aplicaste la misma vara, la tuya, juzgando que lo que era bueno para ti lo era para los demás. Te reprocho haberme enseñado solo los filósofos clásicos y no los modernos, tengo una cultura medieval!. Te reprocho haberme llevado en la práctica a pedir favores a los grandes y poderosos, sabiendo que algún día nos los cobrarían por algún otro favorcillo (no quedamos en que el fin no justificaba los medios?). Te reprocho haber tolerado cosas y personas, por así convenir a la Obra de Dios, en vez de buscar la verdad y coherencia, nos enseñaste sin quererlo, una doble moral. Te reprocho que nunca hablaste otra cosa que el castellano, aunque ahora en el cielo supongo que puedes hablar todos los idiomas!... te reprocho que me reflejo en ti.

Te agradezco los libros que escribiste, que sin ser del todo originales nos dieron renovadas luces en temas importantes. El ejemplo de trabajo y liderazgo, de empujar por lo que uno cree. La calidad de tu amistad y honestidad. El procurar buscar siempre el mayor bien y ser ambiciosos en los bueno. En la cabeza brillante que Dios te dio y que nos compartiste. En las tertulias y excursiones interminables donde nos pontificabas de manera muy divertida. Tu buen humor y carácter distraído, el ejemplo de no buscar excusas sino formar virtudes antes los propios defectos. Hiciste y nos dejaste, ciertamente no solo, aunque así la historia lo dice ahora, una universidad y una escuela de negocios. Te agradezco el vino reserva especial que nos dejaste en comedores para ti y tus amigos, en efecto aunque todos éramos iguales, unos éramos más iguales que otros. Creo que en resumen hiciste más bien que daño, pero esa es la carga con la que todo líder de tu talla tiene que vivir. Carlos, te agradezco que me hiciste ver que las cosas del mundo nos son tan fáciles. 

Carlos, te extrañamos desde ya. Eres un gran amigo, acuérdate de los que vamos detrás tuya. 

Ubi Spiritus, Libertas!

León de Castilla.









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