Epílogo.- Nicanor (XXIV)
Fecha Monday, 07 June 2010
Tema 010. Testimonios


El lector ha de tener en cuenta que este testimonio es personal, de una persona que ha vivido desde su adolescencia hasta su madurez dentro del Opus Dei. Como cualquier escrito es una visión subjetiva, no pretende ser un ensayo de investigación.

También ha de tener en cuenta el lector que, dentro del Opus – cada vez menos – hay personas honradas, de virtudes y gran capacidad intelectual. Lamentablemente no conocí, excepto dos de decenas, las intimidades de mis “hermanos” numerarios. Podría decir como lo que el Señor les imputó a las vírgenes negligentes: “no las conozco”. Nunca llegué a conocer a fondo a nadie excepto a los pocos que he mencionado y no son numerarios...



En respuesta a un amigo sobre las “palabrotas” en el Opus Dei. Aunque ya Escrivá se ofrecía dentro del apostolado de la “mala lengua” como “ayuda” para enriquecer el vocabulario. Dirá algo que nunca se aplicó a sí mismo ni a sus hijas e hijos en Camino: “… emplear “el apostolado de la mala lengua”. –Cuando te vea ya te diré al oído un repertorio”. Ni qué decir que a la luz de los testimonios de los que conocieron a Escrivá en sus primero años dan cuenta de ese “repertorio” sin pudor alguno. Entiendo que las “palabrotas” en principio las emplean quienes “pierden los papeles” y, aunque me digan que me las “dijeron con cariño maternal o fraterno”, para los que “vivimos en medio del mundo” sabemos a ciencia cierta que eso es falso.

Para culminar. Ciertamente se han obviado gran parte de los momentos de alegría dentro de esta Institución. Asumo que no es por precipitación de tener la “cabeza caliente” o un “resentimiento por susceptibilidad”. Sí, hubo momentos de alegría, pero no puedo decir que hayan sido propios de una “familia sobrenatural” sino simples “travesuras” o “shows en días de cumpleaños”. Los auténticos momentos de alegría provendrían básicamente por distintas personas fuera del ámbito del Opus Dei, la “Obra de Dios creada por Él mismo para salvar a su Iglesia”. Los hechos han sido narrados desde la mirada de una persona que ha visto muy por dentro y ahora lo cuenta desde fuera, alejado ya de todo control y censura que se aplica a todos los escritos y narraciones de los fieles de la Prelatura al hablar de la Institución.

¿La vida fuera del Opus Dei es distinta a la de estar dentro?, ¿Será verdad que todos vuelven con “lagrimones” en los ojos “arrepentidos” y con “deseos de volver”? ¿Los de “fuera” tienen menos ventajas de ser santos que “los de dentro”? No. La vida fuera del Opus Dei es como aquella película “Despertares” (Awaikenings) de 1990, dirigida por Penny Marshall, con la excelente actuación de Robert de Niro. Un vivir con pasado y presente, con un futuro incierto pero sobre el que puedes decidir sin ser un peón de ajedrez y, ni qué decir, por fin haciendo amistades de verdad, de las que gozan con tus alegrías y están allí para recogerte: la vida ordinaria en medio del mundo.

Considero que los fieles célibes están inmersos en una burbuja, como “renacuajos presionándose entre si”, a reventar en cualquier momento. Sí, al inicio creí, creimos, que fuimos "llamados por Dios" pero en verdad fuimos llamados por "los hijos de Escrivá". Una aparente vocación a algo "divino". Sin ello, no hay gancho.

¿O sea nunca tuviste "Vocación"? Estimo que nadie puede tener lo que no existe y, visos se dan de la creciente extinción de esta institución y las investigaciones que van cuajando dentro de las esferas eclesiásticas de los ex-fieles que son mucho más numerosos que los que quedan dentro de la "jaula de marfil", acabaran por drenar con dolor otro equívoco de la Iglesia y un mito llevado a los altares por sus "hijas" e "hijos" fidelísimos.

Nicanor (eco_challengers@hotmail.com

F I N

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