Un conjunto de errores: “Clase de tropa” (III)

Dice el punto 28 de Camino: “el matrimonio es para la clase de tropa y no para el estado mayor de Cristo...”

Los que creemos en la vocación matrimonial, como una llamada de Dios a la vida conyugal, y su entrega a la familia y a los demás mediante esta vida que puede ser igualmente santa, admiramos de San Josemaría que en el punto 26 de camino define al sacramento del matrimonio como un sacramento santo aunque nos hable de “las cargas del hogar”; por el contrario, existe una fuerte contradicción en cuanto al punto 28, en el que divide al pueblo de Dios en clase de tropa y estado mayor. Nunca, en ningún evangelio ni carta apostólica he leído semejante comparación. Los que formamos la Iglesia, hemos sido llamados TODOS a la santidad. No hay cristianos situados en la plana mayor y otros en los barracones del campamento. Todos los cristianos somos hijos de Dios y templos del Espíritu Santo. El grado de santidad alcanzado no dependerá de nuestra posición en la tierra, sinó de nuestra lealtad en vivir nuestra vocación. Y esto compete a Dios juzgarlo. Poco creo en un Dios que clasifica en clases. Creo en un Dios que me llama, me invita, me propone, y yo respondo a esta llamada amándole a Él desde mi posición.

Por otra parte, la apreciación sobre la reproducción que se hace en el punto 28, por la cual se dice que de esta función pueden desentenderse personas singulares, no se aviene a la idea de que el celibato “per se” , sin otra función es o puede ser tan agradable a Dios como el matrimonio. Es más, en el matrimonio se recibe un sacramento y por ello una gracia para sobrellevar estas “cargas del hogar” que muy a menudo no son cargas sino bendiciones divinas. En el celibato “per se” no se recibe ningún sacramento y no entendemos esta exaltación a un presunto estado vocacional “denominado en medio del mundo” al que no concurre ninguna gracia y menos aún que este estado esté reservado al llamado estado mayor de Cristo.

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