Tercera y cuarta norma en el Opus Dei.- Montserrat
Fecha Monday, 24 May 2010
Tema 070. Costumbres y Praxis


Primera norma: la mentira
Segunda norma: La santa coacción.

Tercera norma: Dejar de ser tú.

En el campamento de instrucción de reclutas (Centro de estudios) te transmiten día y noche, hasta hacerte un completo lavado cerebral, dejarte sin fuerzas físicas y pocas de espirituales, que debes adquirir el “Buen Espíritu”. Te extenuan. Este es su triunfo. Llegas a no saber bien quien eres, quien te ha educado, quien es tu familia. Ya eres un buen robot. Desconoces lo que son los razonamientos, las fuerzas para la lucha espiritual, pues sólo luchas en una dirección: la del buen espíritu. Ya no eres tu tal como entraste en el campamento. Objetivo número uno: conseguido.

Cuarta norma: Sólo es buena la Obra y sólo es Santo su fundador.

Cuando dejas el campamento e ingresas en el cuartel (centro), por si aún queda en ti algo tuyo de lo que eras antes, tienen sus métodos para eliminar hasta aquello que puede permanecer en tu subconsciente. Tu verdadera y única familia, la que te crió y te educó cristianamente, ahora no es lo suficientemente cristiana, tiene muchos y grandes errores, de forma que si tu familia no es de la Obra ya no es tu familia, ya no es cristiana y puede ser parte o todo el espíritu de Satanás pues “no entiende la Obra”

Te convencen que la Obra es para privilegiados. Que tu familia no puede entender esta vocación que Dios sólo da a unas determinadas almas. Cuando tu familia te propone alguna actividad totalmente cristiana surge la primera pregunta del hijo: ¿Esta actividad es de la Obra? Si la respuesta es no, por más que les digas que Jesucristo tampoco era de la Obra, tu hijo te contesta con frases hechas y estereotipadas aprendidas a renglón fijo con gran esmero que provienen de sus directores ya que en ningún caso antes se las habías escuchado. Y es que tu hijo ya no es él. Ha dejado de ser lo que era. Ha dejado en el camino su esencia.
Gran error se comete en la Obra, pues Jesucristo vino al mundo para todos, no para algunas almas privilegiadas. Jesucristo vino por los más pecadores y por los que no lo son tanto. Vino para convertir a la humanidad, no a una parte privilegiada de la humanidad, y para realizar esta tarea completa dio su Vida por nuestros pecados: ¡los de todos! Esa sí es garantía de salvación. Ese sí es el único camino. No hay otro. ¿Les parece eso poco a los del Opus Dei? ¿Acaso hay quien puedar darnos más? Parece ser que si, que ellos quieren más todavía. Parece que ellos tienen la exclusiva de la salvación, la exclusiva de la oración, la exclusiva de la vocación, de la donación, del verdadero Amor. Pero no nos engañemos. ¡No la tienen! ¡Nunca la tendrán! ¿Por qué? Porqué no la hay, porqué Jesucristo nunca hizo exclusivas.

Parece, y de esto les convencen, que nada de lo que no es del la Obra no es cristiano:
¿Por qué no puedes abrazar fuerte y abiertamente a tu familia?
¿Por qué si no le hablas de la Obra ya no te escuchan aunque seas su madre o su padre o su hermano?
¿Por qué no puedes dormir en tu propia casa? ¿En tu propia cama?
¿Por qué no puedes.... hacer casi nada de lo que hacías antes y nadie te dijo que era malo?
¿Por qué no se enseña el carisma de ningún otro santo que no sea el fundador?

Supongo que ya conocéis el chiste en que un sacerdote llega al cielo y, en un paseo de reconocimiento, le van presentando a todos los llegados. El sacerdote de pronto pregunta: ¿Y esa pared? Ssshhhh le espetan los acompañantes: ¡silencio! aquí dentro estan los del Opus que se piensan que sólo ellos están el el cielo.

Os quiere

Montserrat









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