Sobre la nota de divulgación que cita Motroton:

- Al punto 2: Según versión escuchada por dos sacerdotes numerarios españoles, recibieron de Roma hacer visitas a todos los obispos de Perú y Bolivia para solicitarles las cartas de postulación aunque no hayan conocido a Escribá. Como ofrenda les llevaban el “best seller”: “Camino” y el modelo formato. La mayoría de obispos aceptaron firmar la carta.

- Al punto 3: las narraciones recogidas fueron especialmente selectas. Si Motrotón y yo recogiésemos nuestras virtudes o las inventásemos con ayuda de testigos ya tendríamos miles de folios también. Por ejemplo: se contará de Escrivá, cuando estuvo en Perú, que le pregunta al Consiliario de turno: “¿Si me muero ¿Tú continuarás la Obra?” como signo de confianza en sus “hijos”, pero no se contarán los gritos y chillidos a otros “hijos” e “hijas” tras despachar con ellos acerca de la marcha de las actividades del Opus en este país.

- Al punto 6: se nos comentó acá en Perú que los Jurados de ambos procesos, escuchadas las opiniones contrarias las estimaron “contradictorias” entre sí y esto es obvio, porque la personalidad narcisista y esquizofrénica de Escribá, sumada a la biografía oficializada y mítica del mismo chocasen. De hecho, será anecdótico que “el mal carácter de Escribá” sea santificado como “santo celo” por defender el carisma fundacional.

- Al punto 7: de no haberse “destapado” el caso de Marcial Marciel – fundador de los Legionarios de Cristo – probablemente tendría más reglones. La madre Teresa, en toda su vida santa, tendrá menos.

- Al punto 8: se nos contará que, en una de sus visitas al interior de San Pedro, Álvaro Portillo comentaría “acá irá una estatua de nuestro Padre, declarado Padre de la Iglesia”. Obviamente sus “hijos” en Vaticano harán lo imposible para forzar una demostración que lo es y, Juan Pablo II les concederá un lateral para construir una estatua a pesar que deseaba un frontis.

- Al punto 11: en el Colegio Romano, cuando se contaban “milagros” tales como “Y aquella pobre señora, que no tenía qué darles de comer a sus hijos, rezó una estampa al beato y entró una gallina por la ventana y puso dos huevos sobre la mesa”. La gente reía y decía “esto parece un milagro filipino”, considerados los filipinos por estos milagros tan exóticos.

- Para cólera del Opus Dei, una santa negra sería también canonizada el mismo día, en fueros internos esto causó indignación y repulsa pero así lo había elegido el Papa. Se comentaba “seremos tantos que a los seguidores de Josefina Bakhita ni se les notará”. Interesante que Echevarría, Prelado aquel entonces, no la mencione en carta mensual a sus hijos como una bendición que Escrivá sea canonizado junto a una santa negra.

Nicanor (eco_challengers@hotmail.com)