'Maldita sea Medellín'.- Murray
Fecha Monday, 10 May 2010
Tema 010. Testimonios


Julio de 1974, llueve y hace frío en Buenos Aires. La violencia y el caos hieren a la sociedad argentina. Sangrientos ataques guerrilleros, mafias de gremialistas matándose entre ellas, políticos corruptos salvándose con egoísmo. No era fácil ser joven en la Argentina de los setenta. Sin embargo, a mis diecinueve una luz brillaba en corazón: la vocación. El Padre visitaba América del Sur y convocaba multitudes. Todo era optimismo, alegría, compañerismo, aunque afuera el frío de la violencia y el odio oscureciera los espíritus.

Pité después de una de esas tertulias – qué natural llamarlas tertulias ahora, después de tantos años. La del Teatro Coliseo, lleno hasta allá arriba, en las galerías. Alguien menciona el Concilio Vaticano y el Padre introduce un silencio cargado, fuerte: “Maldita sea Medellín”, en referencia a la Conferencia Episcopal Latinoamericana de 1968 y sus postulados basados en la teología de la liberación y la opción por los pobres y oprimidos. “Maldita sea Medellín”; no olvidaré la fuerza, la emoción, el odio con que el Padre pronunció esta sentencia.

No lo olvidaré porque me chocó. Mi madre era paisa, de Medellín. No lo olvidaré porque apenas pude se lo comenté. Pero la frase ya no existe. No está en la memoria oficial del Opus Dei. No está en las transcripciones, no está en la película. ¿Dónde está? Ya no está. Pero yo lo escuché, yo estaba ahí. El Padre, el santo Josemaría lo dijo: “Maldita sea Medellín”.

Murray









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