Quería contestar a Bautizado4 sobre la pregunta que me hace en mi escrito del día 23 de Abril. Cuando digo que "rezaba a mi manera" me refiero al hecho de que hacía apenas dos años y medio que había dejado la obra, y mi sentido de culpabilidad, era enorme.

Cuando planteas a las directoras el deseo de abandonar la obra, lo primero que se atreven a dejarte muy claro, es que eres una desertora de la fé, manipulando así tu débil estado emocional y haciéndote creer que eres casi una hereje, un ser sin valor dentro de la obra y casi dentro de la iglesia. Por lo tanto, apenas te atreves a mirar de frente a ese Dios al que has sido infiel y que ellas te muestran como un ser implacable con los que dejan su "vocación".

En el momento que cuento en mi escrito, personalmente, me encontraba así. Apenas me atrevía susurrar una oración a la Virgen, pensando en su mirada de reproche hacia mí. Con el paso de los años, descubrí que la misericordia de Dios es infinita, que su amor de Padre es eterno, que es capaz de comprenderme y perdonarme siempre. Aprendí a vivir con verdadera esperanza, desechando ese temor que hace su figura de Juez Supremo, más dulce.

Estas ideas me ayudaron a sentirme perdonada y a perdonarme. Más adelante, mi fe sufrió una tremenda decepción de la que todavía no se ha recuperado. Aun así, mi corazón está abierto a que algún día se haga la luz de nuevo. Mientras como ser único, como tú dices, todavía rezo "a mi manera" pero bajo mi propio prisma.

Un afectuoso saludo.

Maripaz