Los aristócratas.- Melqui
Fecha Monday, 10 May 2004
Tema 100. Aspectos sociológicos


Los aristócratas

He dejado pasar unos días desde el correo de Genoveva (05-05), porque me imaginé que recibiría variadas y sensatas contestaciones, como así ha sido.

Pasado un tiempo prudencial, no quería dejar de comentar una parte de su correo que me parece un botón de muestra de lo perjudicial que, para determinadas personas, resulta una forma muy extendida de entender la vida cristiana desde el Opus Dei. Y es el autoconsiderarse una élite, saberse superiores a los demás cristianos. Los que están "dentro de la barca", son en sentido estricto hijos de Dios, y los que están fuera "no les arriendo la ganancia", como dice Genoveva.

Según se desprende del correo que comento, estos planteamientos causan estragos, sobre todo si son asimilados por deteminadas mentalidades. Porque la cuestión no es ya que los miembros del Opus Dei sean "aristócratas de la inteligencia" (sobre todo los numerarios, claro), y tampoco basta que sean "aristócratas del amor". Sino que también parece ser que son "aristócratas de la santidad".

Dice Genoveva que, en su opinión, la Iglesia "tenía que canonizar a todos sus miembros difuntos por el mero hecho de serlo". No aclara si por el mero hecho de ser miembros o por el mero hecho de ser difuntos. Pero, además, resalta cómo San José María Escrivá ha demostrado su santidad con "numerosos milagros que, sin ánimo de comparar, muchos otros santos ni soñarían con poder hacerlos en tan pocos años".

Este es el "quid" de la cuestión. Nuevo criterio. Nueva nota interna. Nueva frase hecha que acuñar. San José María Escrivá es un "aristócrata de la santidad", ya que muchos otros santos no pueden ni siqiuera soñar con poder hacer ni la mitad de milagros que él, y eso que ha tenido poco tiempo. Genoveva lo dice sin ánimo de comparar porque, simplemente, no hay comparación posible entre el grado de santidad de San José María Escriva y el de otros santos que, después de tantos años, casi no se les conocen milagros.

Por ejemplo, San Juan Bautista. ¿Cuántos milagros suyos se relatan en los evangelio? ninguno. ¿Y en alguna hoja informativa? ninguno. Fíjate, dos mil años ya desde que se fue al cielo y nada, ¡qué poca eficacia!. Será que tiene "muy poca categoría social" (Genoveva dixit), no como los de la Obra. ¿Qué más da que Jesús le llamara el mayor de entre los nacidos de mujer, si con tanto tiempo en el cielo casi no se le conocen milagros, "ni soñaría con poder hacerlos"?. Pero hete aquí que ahora ya llega, por fin, San José María Escrivá que, sin ánimo de comparar, es la caña de la santidad. No como esos mindundis sin "categoría social" que hasta ahora habían llegado al cielo.

Menos mal que, de los MÁS DE 1.500 beatos y santos declarados tales por el Papa actual, al menos UNO es del Opus Dei. Y no digamos de los demás santos habidos en la historia de la Iglesia. Pero hay UNO. De los miles y miles de santos de la historia de la Iglesia hay UNO DEL OPUS DEI. ¡Por fin!. UNO que merece la pena. Hay multitud de santos jesuitas, carmelitas, dominicos, laicos ... Pero hay UNO del Opus Dei (sin ánimo de comparar, claro). ¡Laus Deo!.

Y los restantes pobres otros miles y miles de santos, Genoveva, esa "muchedumbre inmensa que nadie podría contar", según el Apocalipsis, ¿qué serán? ¿santos auxiliares? ¿la Administración del cielo?.

¿Se podrán codear los aristócratas de la santidad con los santos normales?. ¿O realmente el cielo será una gran tertulia para "los de Casa", mientras que los demás santos necesitarán invitación para entrar o, simplemente, servirán las copas?.

Sinceramente, espero que no sea así. Espero que la grandeza del cielo sea la universalidad, y si allí parece ser que no habrá ya libres ni esclavos, judíos ni griegos, espero que tampoco habrá santos de Casa y santos "de fuera".

Y es que a veces, si no se entiende la universalidad de la Iglesia, difícilmente se puede entender la universalidad del cielo.

¿Sabes qué?. Cuando uno se lee el testimonio (no sé si amañado, pero se lee) de un miembro de la Obra en el lecho de muerte, siempre agradece a Dios la vocación al Opus Dei, la estupenda "familia" que Dios le ha dado al hacerle miembro del Opus Dei, el haber sido fiel a la Obra y morir en el seno de esa "familia", etc. ¿Y sabes qué dijo Santa Teresa de Jesús antes de morir? "MUERO HIJA DE LA IGLESIA". No dijo "muero carmelita descalza", ni siquiera dijo "muero monja de clausura", sino hija de la Iglesia. Eso es, para mí, una santa universal ... sin ánimo de comparar.

Melqui.







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=1607