El lenguaje de los ojos.- Montserrat
Fecha Monday, 29 March 2010
Tema 010. Testimonios



Apreciados todos: leo con detenimiento vuestros escritos desde que conozco esta web. Decís cosas tan ciertas! Yo no soy del Opus Dei, por lo tanto por mis escritos habréis visto que no tengo un lenguaje tan preciso como el vuestro y os admiro por ello. Aprendo mucho de vosotros. Hoy os quería hablar del lenguaje de los ojos.

Casi seguro que os habéis mirado más de una vez en un espejo. Habréis contemplado vuestra propia mirada y la habréis relacionado con el estado de ánimo en el que os encontráis en este momento. Las personas con las que convivís ahora, sean quienes sean, han visto en vosotros/as otros ojos, otras miradas, otras expresiones faciales, otros brillos, distintos y cambiados. Con aquellos ojos sufrieron mucho. Si vuestros padres tienen la suerte de veros ahora, no sabéis lo felices que están al miraros y ver vuestra brillante mirada, ver vuestra propia felicidad reflejada en vuestros rostros, vuestra paz, vuestro sosiego. Habéis dejado atrás la mirada del agobiado. Habéis superado la cara del que ha recibido una corrección fraternaf y no sabe exactamente porqué. Habéis dejado atrás la incertidumbre de ¿quién pondré en la lista de San José? Habéis dejado atrás la lista de encargos. Os habéis liberado de la mortificación programada y habéis adquirido la libertad de aceptar aquellas que la vida os presenta cotidianamente, haciendo gala de vuestra capacidad de amar lo humano y de rechazar lo “inhumano”. Y estos hechos se reflejan en vuestras miradas. Habéis dejado la costumbre bien arraigada de las pequeñas mentiras para justificar aquella ausencia. Habéis dejado de estar encerrados. Habéis aprendido a vivir y volar libremente.

No sabéis cuanto pagaría para ver esta mirada en un hijo/a mio. Desde el primer día que se fue de casa, su mirada jamás ha sido la misma. Ahora está apagada. El/ella, como persona está ido, “zombi”, grogui, está en otro mundo. Como madre, me he sentido engañada por el Opus Dei. Me han insultado, despreciado, y un largo etc. No viene ahora al caso. Aún así, no me hacía falta este ataque artillero para saber que el Opus Dei no hace bien a mi hijo/a. Sólo me hacía falta mirarle a los ojos o pedirle que él me mirara los míos. Sólo me hacía falta ver el brillo en los suyos. ¿Os habéis fijado que, rara vez, las personas del OD te miran a los ojos cuando te hablan?

Mis ojos están acostumbrados a derramar lágrimas, pero aún así siguen “vivos”, sinceros y llenos de esperanza. Quienes me conocen saben bien que miro siempre a la cara de mi interlocutor para demostrarle mi sinceridad. Sí, ya sé que esto denota cierta ingenuidad y hasta me atrevería a calificarla de inocencia, de “ser tonta”. Así, con esta buena fe, fue como se llevaron a mi hijo/a. No desistiré hasta verlo feliz a él.

Gracias por leerme. Pensad que el lenguaje de los ojos es el más universal.

Para Armando: efectivamente me ha sucedido algo similar a lo de tu hermano. La diferencia es que a mi me pasó con un hijo/a. Solamente el que lo ha pasado sabe la dureza de situaciones como éstas, sabe cuánto se sufre. Tienes tola la razón Armando: no son felices. Se les nota el LOS OJOS, ya que no los pueden esconder y les delatan.

Queridos amigos: esta reflexión me surgió leyendo la cuarta estación del Via Crucis, cuando Jesús mira a Su Madre y con el poder de la MIRADA MATERNA, sigue adelante en el camino de la CRUZ.

Os quiere

Montserrat









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