No a la autoflagelación.- Ana Azanza
Fecha Friday, 26 March 2010
Tema 900. Sin clasificar


En respuesta a la pregunta sobre José Vidal Beneyto y su relación con el opus dei, él la reconoce en esta entrevista, al final.

Supuestamente estuvo desde el año 1943, con 16 años, a 1946. Incluso dice que estuvo en Roma con Escriva. Dice que lo dejó por ser agnóstico. No sé, es muy extraño volverse agnóstico así de repente estando en un lugar tan devoto y tan piadoso como el opus. Más bien, en esta web hay ejemplos abundantes, la gente que está en el opus se hace agnóstica cuando prueba la amarga medicina que dan los opusianos al que discute una "tilde de la ley". Así que como siempre, Vidal Beneyto ha callado silenciosa y discretamente durante toda su vida su relación y su abandono del opus. No la ha contado a fondo, es lo que quiero decir. Una boca cerrada más.

Sobre su participación en la junta democrática junto a Carrillo, Calvo Serer... etc. también se puede ver en Wikipedia.

Pero a este paso político no le veo tanta trascendencia. Lo interesante sería que este señor hubiera contado cómo fue verdaderamente su relación juvenil con el Opus y porqué se apartó. Y por qué lo dejaron en paz... demasiados interrogantes.

Estuve ordenando en la universidad de Navarra la correspondencia de Florentino Pérez Embid, numerario, director general de Bellas Artes en los últimos tiempos del franquismo, había muchas cartas dirigidas a un Vidal Beneyto. Creo que era éste, lo que no logro recordar es que cargo ocupaba en aquel momento y porqué la correspondencia era tan abundante entre Pérez Embid y Vidal Beneyto.

También quería contestar a Gica. Yo no espero que el problema del opus dei se solucione con plegarias, imágenes y santos. Se soluciona con nuestra acción que es contar la verdad, toda la verdad de lo que vivimos los que lo hemos padecido. La única solución factible y real que le veo es que demos la cara, perdona pero tú tampoco la das, demos nuestro testimonio valiente ante la sociedad. Es la manera de prevenir que otras personas no den su dinero, ni sus hijos ni su confianza al opus dei.

La jerarquía de la iglesia está a otra cosa. Allá ellos. El propio Ratzinger se ha dejado engatusar, los cardenales que formaban parte de la comisión que debía de dar su visto bueno a la prelatura personal saben que fueron puenteados, lo permitieron. Creo que los católicos tienen todo el derecho del mundo a ser informados de cómo las gasta el opus también en las altas esferas vaticanas. Hay que informar, hablar, dar a conocer lo que está tapado. No puede ser que se siga confundiendo la fe con la credulidad.

La fe es algo real en el alma del que la tiene, de fe se vive, cuando se tiene. Pero tener fe no equivale a ser subnormal, aunque haya quien se empeñe por motivos diversos en hacer creer eso. La fe es perfectamente compatible con el ejercicio del propio pensamiento en libertad.

Vale la pena que otras personas que tienen derecho a su fe católica como cualquier creyente sincero en cualquier otra religión, sean alertadas de que el opus de religión no tiene nada. Sola la vestidura del fariseo para atraer y engañar.

Hay que ilustrar a la gente, hemos pasado calamidades que adquieren un sentido si valen de escarmiento en cabeza ajena.

Es fundamental que ciudadanos que no han pertenecido se interesen por lo que aquí se escribe, que la página no sea la página de los ex. Lo es pero sería una lástima que nos limitáramos a contarnos nuestras batallitas entre nosotros. Necesitamos llorar y reír juntos. Pero también necesitamos que las fechorías opusianas sean conocidas fuera de nuestro circulo de afectados.

Por eso yo le veo sentido a todo lo que aquí se escribe, a que nuevos testimonio sigan saliendo. No me gusta cuando alguien dice: "no cuento porque es lo mismo". No es lo mismo, el sufrimiento, la guerra por sobrevivir al opus dei es particular, y cada guerra vale lo mismo que otra. En cada verdad que se cuenta, en los detalles más intrascendentes sale a relucir lo que nos puede ayudar a seguir adelante, a no entrar o a salir. Comprendiendo el porqué y el cómo, no autoflagelándose que de eso ya tuvimos suficiente ración en nuestra vida allí dentro.

Observo la marca del lado oscuro en esa especie de culpabilidad de algunos contribuyentes a opuslibros.org.

No sé cómo se hace ni si es posible quitársela, pero me parece imprescindible para seguir adelante con salud y satisfacción personal.

Ana Azanza









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