Conciliación frente al Opus Dei.- Unamigo
Fecha Friday, 19 March 2010
Tema 110. Aspectos jurídicos


En relación al correo de Simón, quiero puntualizar cuánto sigue: 

             El acto de conciliación se inicia en España con la llamada “papeleta de conciliación”, dónde se detallan los hechos que quieres que reconozca la otra parte. 

            En nuestro caso, no puede calificarse la actuación como conciliación en sentido propio, es decir no trataríamos de pedir perdón al que nos ha ofendido, sino que éste reconociera los hechos con los que nos ha ofendido. No tenderíamos la mano al Opus Dei en ese acto y, luego, aquí paz y después gloria.

 

            Esa conciliación perseguiría que en su acta quedase constancia pública de las justificaciones del Opus Dei sobre los hechos que queremos que admita, para después desvirtuarlas mediante la prueba en contrario en un juicio penal o civil.

 

            Todo proceso judicial ha de partir de unos hechos que se han de probar. Las manifestaciones del Opus Dei en el acta de conciliación serían una guía para redactar nuestra demanda o querella con los hechos que desvirtuasen aquéllas, según la realidad, a probar con documentos, testigos y peritos del ámbito que hiciese falta. Es decir, el acto de conciliación sería un medio gratuito para medir y conocer exactamente la posición del Opus Dei antes de instar la vía judicial ordinaria (ya penal, ya civil), sin riesgo de costas.

 

            Insisto que la conciliación propuesta sería muy práctica también, en caso que el Opus Dei, se persone diciendo que se opone a la misma por improcedente y temeraria (expresión muy típica en el foro español). Ello significa callar y el que calla otorga. Además esa postura tendría trascendencia en un proceso judicial posterior, pues aún justificaría más la condena en costas del Opus Dei.

 

            Algunos parlamentarios españoles han hecho uso del acto de conciliación frente a sus adversarios parlamentarios, con gran repercusión mediática y con excelentes resultados.

 

            La conciliación hace recapacitar al contrario. Es una aviso a navegantes. Si el Opus Dei quiere evitar la repercusión social de sus tropelías, puede llegar a repararnos el daño causado, sin necesidad de un proceso judicial posterior, como ha pasado en Irlanda y va a pasar en Alemania con los escándalos de otras instituciones eclesiásticas.

 

            Quiero destacar la palabra contrario porque en nuestra propuesta de conciliación no se pide frente un amigo que se ha portado mal, sino frente un enemigo nuestro, porque deliberadamente nos ha infligido un daño que debe reparar en todos sus ámbitos.

 

            En cuanto a las costas de un proceso judicial, dependerá del importe de la cuantía de las responsabilidades económicas perseguidas. Muchas veces, en la práctica, no se fija una cuantía en la demanda, sino que se dice que es de cuantía indeterminada a las resultas del juicio, pero ya se señalan en dicho escrito las bases para calcular las indemnizaciones en fase de ejecución de sentencia. Ello tiene una trascendencia enorme en relación a las costas toda vez que, si el proceso civil se sigue como de cuantía indeterminada, se limita con mucho el importe de las costas a reintegrar al Opus Dei, en el negado caso que desestimasen nuestra demanda y nos condenasen al reintegro de dicho concepto, cuestión muy discutible porque los abogados del Opus Dei, serían sus propios miembros en el desempeño de un encargo institucional, es decir el Opus Dei se estaría defendiendo por sí mismo.

 

            En el área penal sí que puede haber condena en costas en los supuestos previstos en la Ley de Enjuiciamiento Criminal.

 

            Pero dudo mucho que cualquier tribunal nos condenase en costas, cuando conozca el calado de la causa de nuestras pretensiones, pues no tendría sentido castigarnos aún más, de lo que padecimos y algunos siguen padeciendo, después de nuestra salida por piernas del Opus Dei. Esto pensando en la independencia judicial, que es un principio, que a veces desgraciadamente se vulnera por intereses partidistas.

 

            Por todo ello, considero conveniente una movilización para instar la conciliación, no debiéndonos preocupar por su coste económico, cuando hay profesionales del derecho dispuestos a ayudarnos desinteresadamente, ya que un día fueron nuestros hermanos por imperativo opusdeístico y también han sido víctimas. 

 

Unamigo









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