Una opinión.- MariaS
Fecha Wednesday, 17 March 2010
Tema 010. Testimonios


Hola: he leído algunos artículos de vuestra página. Soy del Opus Dei, así que he pensado: "les escribo algo".

 

A ver... yo soy supernumeraria, y antes fui numeraria adscrita. Muchas de las cosas que seguramente decís en la página (no lo he leído todo) son verdad. Sobretodo el cómo se dice a una niña que sólo quiere hacer lo mejor que lo que tiene que hacer es ser numeraria. Me parece que no cuadra en absoluto con lo que pensó San Josemaría, entre otras cosas, porque él empezó con gente mayor de edad. Además no es en absoluto un hecho aislado. Sin embargo, también es cierto, que otra genta mayor nunca emplea esos métodos y que, ya dentro de la obra, hay gente que te presiona mucho y otra que no... no sabría decir si es porque unos entienden qué es el Opus Dei y otros no, la verdad.

 

Muchas de las numerarias que conocí siendo adscrita, y que me hicieron mucho daño -llegué a tener anorexia- luego lo han dejado, y me imagino que pasándolo muy mal. Otras siguen y han cambiado bastante... y de otras ni idea. Pero yo las perdoné a todas. Porque nunca se sabe qué lleva a una persona a portarse así, a no tener presente que trata con personas, no con "almas", que nadie está para hacer número, y todo eso. Muchas veces ha ocurrido que la numeraria que te presionaba y te miró con condescendencia cuando te saliste, se sale ella misma, en peores condiciones -por haber estado mucho más tiempo dentro- con menos posibilidades de rehacer su vida, sin amigas... cómo no las voy a perdonar, pobres...

 

Mi marido fue numerario. Salió más tarde que yo, pero también jovencito. Le ha costado mucho separar el disgusto que tiene del hecho de que puedes tener unos padres supernumerarios santos, de que puedes tener un amigo numerario santo...

 

No sé si me explico. Yo volví a la obra, como supernumeraria. Volví porque me gusta la idea esencial de santificarse y santificar con el trabajo. A veces sigo viendo alguna cosa que chirría, pero paciencia. No es la institución lo que no va, sino el hecho de que está en nuestras manos. A veces no damos ni una. En la historia de la Iglesia hay multitud de ejemplos. Yo pienso que es una manera de ser santo como otra cualquiera, y que no hay que exagerar, pensando que hasta el papa debería ser del opus dei, ni tampoco identificar a la Iglesia con la obra, es decir, que puedo no querer tener nada que ver con la obra y seguir queriendo a la iglesia, y que no hay que exagerar tampoco lo que es irse de la obra: el compromiso de los numerarios no es el de las monjas, no, para nada. Las monjas hacen como una boda con Dios, y luego tienen, si lo dejan, que pedir no sé qué dispensas. Los de la obra estamos porque pensamos que es por ahí por donde Dios te guía, pero puede ser que sea por otro sitio. Aunque te des cuenta muy mayor. Y además, incluso, si lo dejas por pura infidelidad, pongamos, Dios siempre te va a recalcular una ruta, no se puede olvidar al hijo pródigo, ¿no? ese se largó porque quiso y punto.

 

Bueno, sólo que no creáis que en la obra todos estamos locos, y eso, sino más bien, a veces se actúa muy mal, por no sé muy bien qué razones. No sé lo que se tiene que hacer para que se normalice el hablar de vosotros, porque no debería afectar a nadie ver que otro ha pensado que mejor se santifica fuera de la obra, pero seguro que poco a poco se irá tomando conciencia de lo que hay que hacer. La obra es todavía muy joven en la iglesia, y seguramente habrá que pensar en que se hace, porque es verdad que ignorarlo todo no es la solución

 

Un saludo, y lo siento por el rollo.

MaríaS









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