El apostolado.- Westy
Fecha Monday, 22 February 2010
Tema 050. Proselitismo, vocación


En los años que estuve en el Opus Dei mi caballo de batalla fue el apostolado; "llevar gente a la meditación" No lo podía entender. Si mis amigas no practicaban y además tenían en la cabeza aquello de ricos y pobres y otras ideas semejantes ¿cómo iba a invitarles a una meditación? Desde luego el centro no aparentaba pobreza y por otra parte, quizá por mi falta de fe, no creía que Dios las tirase de un caballo como a San Pablo. Desde luego alguna de mis directoras entendían la situación aunque debía abrirme a otras personas, El apostolado a fin de cuentas se concretaba en la meditación del sábado y por supuesto en que alguien pitara contigo, eso ya era el summun.

Sin embargo yo no lo entendía y soy muy cabezota "si no lo entiendo, no lo entiendo". ¿Por qué decía el Fundador que el apostolado era fruto de nuestra vida para adentro? Yo pensaba que no debía tener mucho de "ese dentro" de manera que buscaba por libre cómo conseguirlo porque, la verdad, en la charla fraterna no me decían nada interesante. Leía para ver cómo se lograba esa abundancia porque lo de tachar la casilla y hacer el plan de vida, aunque fuera con mucho amor, no me parecía el camino para lograr esa abundancia, o por lo menos hacía falta algo más.

Mientras escribo estoy pensando que el Opus Dei no debía ser mi vocación ya que me planteaba que ¿por qué tenía que orar con Camino si prefería muchas veces leer a San Juan de la Cruz? San Juan de la Cruz y Santa Teresa también hablan de la mortificación, pero al menos te explican porqué. No se trata de tener espíritu de mortificación sino de explicar para qué ¿Camino me hacía más laica? ¿Por qué apuntar 15 mortificaciones si tal cual salía de la charla ya se me habían olvidado? ¿Qué más daba apuntarlas en una agenda o examinarlas por la noche si a lo largo del día uno tenía tantas mociones para ser generosa en la mortificación? ¿Por qué tener que decir en público cuántas amigas tenías para que pitasen? La famosa lista que me traía de craneo y me cabreaba por dentro hasta escupir mi enfado en la charla que, por supuesto se interpretaba como ser poco apostólica o una persona que le cuesta el apostolado. Pasados los años pienso que esas directoras, unos 5 años mayores que yo, no tenían ni idea de dirigir almas porque era café para todos y a encajarnos en el mismo molde. Bu! que mal suena la palabra "encajar".

En mi semestre en Barcelona nos mandaban a la calle a hacer apostolado ¡pero si allí no tenía ninguna amiga! Sin embargo, había gente muy lanzada, muy abierta y divertida que en la tertulia de la noche explicaban sus proezas; que si a un taxista le habían dado la estampa del Fundador, que si habían hablado en el metro con no se quien. Eso me encendía y por supuesto me desahogaba en la charla. Infeliz de mí, si hubiera tenido más jeta ... Y aún hay más, al trabajar en una Obra Corporativa me llamaron al despacho para preguntarme a qué personas podía tratar. Nuevo cabreo.

La verdad es que con 17 años no podía explicar lo que os acabo de decir y si hubiera podido hacerlo en vez de 6 años me habrían dicho adiós muy pronto porque seguramente lo que acabo de comentar no es nada laical y muestra que nunca entendí ni entiendo el Opus Dei o por lo menos eso creo.

Westy









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