Historias sobrenaturales (II).- Books
Fecha Wednesday, 10 February 2010
Tema 010. Testimonios


HISTORIAS SOBRENATURALES (II).- Books

 

Dicen que existe una institución que cuenta con 85.000 miembros.

 

Esa institución tuvo un día un detalle con aquellos que habían sido tratados injustamente, ramplonamente, y desde luego, ilegalmente.

 

Ocurrió cuando ya fueron muchas las personas que, una vez fuera, reclamaban justicia, pidiendo que se les diera lo que era suyo...



Y para callar bocas y ahorrarse problemas, reaccionaron procurándoles a los que permanecían dentro injustamente tratados, un seguro que los dejara en una situación llevadera en la vejez.

 

Ocurrió que hubo personas que decidieron hacerse viejas fuera de la institución y cuando pidieron ser restituidas por los años en los que cara a los mortales, tan solo fueron unos fantasmas, las mandaron con viento fresco, justificando su acción, alegando que con el detalle que tuvo con ellas, se dieran por satisfechas, sin tener en cuenta el antes, sin tener en cuenta que se trataba de gente corriente que merecía ser tratada con justicia, pues continúan desamparadas y desprotegidas, y que ese seguro de vejez, no les cubría ni la mitad de los años trabajados.

 

Se habla de una institución de 85.000 miembros. Una institución en la que hay un tanto por ciento de miembros, que desconocen que un día de la semana se llama domingo. Es el mismo porcentaje de miembros para el que festivo, navidad, semana santa, se traduce en trabajo

 

Hay un porcentaje de gente que fue miembro, y que al salir descubrió que había un día en la semana en que los corrientes mortales, se movían por la calle de otra manera. Paseaban sin prisas, leían la prensa en una cafetería mientras desayunaban. Padres, madres, hijos, hermanos, montando en bicicleta. Parejas que charlaban con una sonrisa en los labios, sentadas en un banco en el parque, gente con el pan recién comprado, o con el periódico debajo del brazo.

 

Y es que todo eso existía, pero les fue arrebatado. Para ese porcentaje de miembros, el domingo era siempre como cualquier otro día de la semana. Trabajo, y más trabajo, solapado con la farsa de ser “madres de familia”, título que ostentaban quienes nunca concibieron, ni concebirían.

 

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