HISTORIAS SOBRENATURALES (I)

Séptimodia, 31 de enero de 2010

Quizá hoy la gente se sorprenda por muy pocas cosas. Si es cierto que hay lugares en los que se respira bondad, simpatía, altruismo, generosidad, valentía, también hay ambientes enrarecidos, hipócritas, crueles, patéticos desde los que se puede seguir sorprendiendo a fuerza de llevar al límite la mezquindad, la mentira, el absurdo.

Se habla de un institución que cuenta con ¿85.000 miembros?. Institución en la que la hipocresía, las falsas maneras y el patetismo parecen ser su norma de conducta habitual.

Unas veces son las personas, otras el colectivo, los que se conducen así.

Personas patéticas a las que no les tiembla la mano cuando escriben “queridísima” en una misiva navideña, en la que desean lo mejor a alguien a quien mandaron a la mierda, tan solo tres semanas antes.

Alguien que negó la justicia a ese otro alguien esgrimiendo argumentos sobrenaturales, convirtiendo de un plumazo en patético algo que en el mundo de los mortales es un simple derecho.

Alguien que se despide de ese otro alguien en esa misiva, escribiendo sin que se le caiga la cara de vergüenza y con trazos claros “con un abrazo lleno de cariño”.

Una obradedios que camina entre medias verdades, verdaderas mentiras, falsas maneras, sonrisas de plástico, abrazos fríos, no es una obra de Dios, es una obra de la hipocresía, en la que la gente que habla de amor nunca ha querido a nadie y susurra cariño mientras te deja tirada en la cuneta.

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