Opuslibros - (Sin palabras...) aldeano

Estimados todos,
quisiera contarles una historia que me sucedió ayer... No sé si para gloria personal o si simplemente demuestra idiotez de mi parte, pero creo que tiene algo de divertido y de advertencia.

Como saben, yo estudio en la U. de Navarra y resulta que un sacerdote del Opus me había pedido hablar para que lo ayudara en algo. Pues bien, me expuso un proyecto que estaba organizando y para el cual yo no podía aportar muchas ideas.

Bueno, hasta ahí no hay nada extraño.

Pero, inmediatamente, el sacerdote me propuso ir por el Centro... Se activaron todos mis instintos y decidí invertir el juego. Dejé que me explicara parcialmente qué era un Centro, hasta que lo interrumpí diciéndole que tenía muy claro que era el Opus, que había estudiado yo en un colegio de la Obra y que, por supuesto, prefería tener la menor relación posible con la Prelatura porque siento haber sido manipulado por ella... Sí, literalmente dije eso en plena U. de Navarra, en voz muy alta y me pareció que más de alguno en la cafetería se dio vuelta para mirarme espantado.

La respuesta: "¿Ah, sí?"... y un súbito cambio de tema a una conversación que no siguió ningún hilo, porque ninguno de los dos estaba realmente interesado en lo que dijera el otro. Quedamos para tomar un café de nuevo; yo no tengo nada en contra de él... pero dudo que él quiera, ¿no? Es que con los encargos apostólicos, el tiempo es escaso y, bueno, ya veremos cuándo... :D

Es divertido también que ayer mismo, horas antes, le di largas a un numerario que está desesperado por ir a tomar algo conmigo.

Ahora, lo que sí me deja un mal sabor de boca es lo siguiente: Yo considero el Opus Dei como una estructura arrolladora de poder que ejerce ese poder usando el nombre de Dios en vano. Pero, aún así y con todo lo malo que hace el Opus, me da algo de lástima el que haya tenido que parar de manera tan brutal a una persona. Ojalá no tuviera que hacer esto nunca más en mi vida, porque significaría que me sentiría respetado por las personas del Opus Dei y sería innecesario. Pero, lamentablemente, si alguien invade la intimidad del alma así (porque sí, una invitación al Centro no es plantearle la vocación de numerario a nadie, pero es un paso obvio archiconocido),

Probablemente terminaré siendo proscrito, pero al menos habré defendido la intimidad de mi alma como debería haberla defendido antes.

Un abrazo,
aldeano