“El hombre más noble es digno, pero no orgulloso;

el inferior es orgulloso pero no es digno”.

Confucio.

El pasado 22/01/2010, se publicó un escrito de quien, para hacerle justicia, habría que apodarle neutrinito en vez de atomito. Este personaje no soporta que le digan verdades, ni que le contradigan; mucho menos, que le señalen sus fallos. En su último escrito, se descontrola, pega un berrido, se rasga las vestiduras y nos exhibe su verdadero talante personal. ¿Por qué?

Quizás le haya faltado una virtud arrinconada, la serenidad. “-¿Por qué has de enfadarte si enfadándote ofendes a Dios, molestas al prójimo, pasas tú mismo un mal rato... y te has de  desenfadar al fin?”

O es posible que se le olvidara aquello que tantas veces leyó con devoción “no me seas tan... susceptible. —Te hieres por cualquier cosa. — Se hace necesario medir las palabras para hablar contigo del asunto más insignificante. No te molestes si te digo que eres... insoportable. —Mientras no te corrijas, nunca serás útil”.

La destemplanza de su escrito, sugiere que no le suena aquello de  “eso mismo que has dicho dilo en otro tono, sin ira, y ganará fuerza tu raciocinio, y, sobre todo, no ofenderás a Dios”.

Pero, claro, él no cree en Dios, sino en una especie de divinidad silente y muda; así que es posible que haya formateado de su cerebro todo lo anterior, que una vez leyó hasta memorizar. Parece ser que perdió incluso lo poco bueno que alguna vez había aprendido.

Este personaje, fotógrafo aficionado, merece el mismo consejo que todos los que insultan, descalifican, y se burlan de la fe del prójimo... que se lo haga mirar. En su caso, a fondo. Sea por un sacerdote, para pedir perdón a Dios; sea por alguien que le enseñe lo más básico en comportamiento cívico y buenas maneras.

En cuanto a las falacias ad hominem, que ni sabe de que van, aunque su pensamiento se basa esencialmente en ellas; si teclea en google, podrá encontrar la definición. Que lo aplique a sus escritos, lo que no ha hecho nunca hasta ahora, para saber a lo que me refiero en los míos. Siempre y cuando le interese la verdad, cosa que dudo, pues hace muchos años que la sustituyó por su subjetividad.

Bye, bye, neutrinito.

Daniel_M.

Nota: sólo alguien malintencionado podría pensar que la expresión “que se lo haga mirar” es una grosería… pero será cierto el refrán “el ladrón piensa que todos son de su condición”…