Relación afectiva con un numerario.- Mondy
Fecha Friday, 22 January 2010
Tema 010. Testimonios


A causa de mi trabajo conocí a una persona de mi misma edad, que compartió trabajo conmigo durante un tiempo.

Esta persona comenzó a gustarme, e inicié toda una serie de iniciativas para que se percatara. Así fue, se percató y me puso en mi sitio, hasta el punto de que me hizo sentir impura (no se si esta es la palabra). Le pregunté si estaba casado, a lo que él respondió: Comprometido. Todo aquello no me frenó, sobretodo porque no me sonaba a estar comprometido con una mujer. Traté de quitarme a esta persona de la cabeza e intentar conducir mis sentimientos hacia una amistad, pero sentí que él de alguna manera me buscaba. Quedamos a solas, por supuesto, lejos de cualquier mirada, a pesar de que él no estaba en su ciudad. Después de contarme que era del Opus Dei, hablamos largo y tendido acerca de la obra y de su compromiso con Dios. Hablaba con total seguridad y convicción acerca de todo lo relacionado con la obra, me hizo dudar, quiero decir que casi me convence, excepto por una cosa, él decía que era libre, mientras sus palabras estaban cargadas de dogmatismo...



Salimos un día y una vez en su coche, me miró con rubor y me dio un abrazo, el abrazo duró varios minutos, en ese abrazo nos sentimos, nos olimos y nos unimos. Al día siguiente le dije que jamás me había dado un abrazo así con nadie, a lo que él respondió que solo se arrepentiría de ese abrazo si me había hecho daño. Esta petición era un tanto difícil para alguien que vive en este mundo de realidad, que no obvia los sentimientos, que no reprime el amor, ni es ciega o sorda a su corazón. Aun así, negé pensar en ello a menudo, me pareció conveniente para seguir adelante con esta historia.

También ocultábamos nuestra cercanía en el trabajo, aunque había miradas de complicidad entre nosotros, que habría que ser muy torpe para no percibir.

Continuamos con nuestra "relación", yo proponía, él se negaba, pero poco a poco y tras muchas horas de conversaciones en el trabajo se fue acercando más a mi.

Tengo que decir que tenía una respuesta para todo en lo concerniente a Dios y a la obra, tenía una mente muy bien adiestrada, difícil de poner contra las cuerdas, por eso me centré en respetarlo.

Pasábamos largos ratos hablando, muchísimas horas. En esos ratos hablábamos y nos abrazábamos, incluso nos dábamos besos en la cara y en el cuello. Él me decía que estaba muy agusto conmigo.
 
Hasta que un día, vino a mi casa y  comenzamos a abrazarnos, a besarnos y esa noche dormimos juntos. Nos dijimos que nos amábamos, que nos queríamos, siempre bajo el peso de un "pero no puede ser". Tras ese día vinieron otros exactamente igual, se inventaba escusas ante sus compañeros de trabajo para estar conmigo, nunca diciendo que estaba conmigo. .
Llegó el día en que se tenía que marchar, volvía a su ciudad, a su centro , y por tanto, llegó la despedida.

Otra cosa que debo señalar es que llegó a decirme que el veía  a Dios en mi, pero que él se había comprometido para toda la vida y que había dado su palabra, con lo que no quería ser infiel así mismo.
 
Nos despedimos , le abracé con todas mis fuerzas y él a mi, nos besamos infinitas veces y en esos besos le rogué a Dios que abriera su corazón y que le devolviera pronto a mi. Lloramos los dos, y entre lágrimas le dije: te amo.  

Marchó, después de soñar con una vida juntos, tras haberme amado, marchó. De esto hace muy poco tiempo, a pesar de que hablé en un pasado que aparenta ser lejan. Aun nos escribimos, nos hablamos de amor, pero siempre que le invito a volver a mi, siempre está el peso de un "quiero, pero no puedo". Yo le hablo de lucha, le hablo de amor, de libertad e incluso de la voluntad de Dios, pero siempre pesa más su compromiso.
 
Se que no quiere hacerme daño. 

No se como salvar a alguien que no quiere ser salvado.

Tengo la pretenciosa ambición de querer ayudarle, pero desconozco la manera de hacerlo sin dañarle, sin ponerle contra la espada y la pared. Ahora que está lejos de mi y de nuevo en su ambiente, debe volver a sentirse bajo una manta protectora que renueva su convicción y que cada día le apartará más de mi.
 
Llegué a vuestra página buscando ayuda y fue y es un gran consuelo y un apoyo enorme, al saber que uno no está solo, aunque mi experiencia sea desde otro plano, así lo siento. Por otro lado, no se si quiero que se publique porque aun tengo la esperanza de poder enseñarle esta página a él algún día y decirle: Lo ves, podías.  Pero si me gustaría que me ayudaran, ya que es muy doloroso no poder ayudar a la persona que uno ama. Estoy segura de que habrá alguna manera de ayudar. Trato de buscar grietas en sus convicciones, pero la única que hay es que me quiere y eso lo está controlando.  

Gracias por adelantado.
Un abrazo.
 
Mondy







Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=15742