Hola a todos,
Me preguntaba, viendo las imágenes desoladoras que llegan del terremoto en Haití, si el opusdei se habría "expansionado" también a este país, el más pobre del mundo, mientras se des-expansiona en todos los demás. Busqué en su página web oficial y no he encontrado que esté implantados allí; quizá lo estén pero, repito, no lo leo en su página.
No sé si es casualidad que Haití sea el país más pobre del mundo y que este dato les haya frenado para su "expansión". Quizá es que los pobres, como no tienen dinero, tampoco tengan alma.
Alienta ver cómo tantos cientos de instituciones católicas y no cátólicas se suman a la ayuda a esta tragedia humana que a todos nos conmueve. Pero el opusdei, a resguardo en sus palacios de invierno, verano, primavera y otoño, no mueve ficha, ni se inmuta. ¿Para qué atesora tanto dinero si, cuando llega la oportunidad de hacer algo por los que lo necesitan de verdad y son tan hijos de Dios como ellos, se lo guardan en sus paraísos fiscales?
El actual prelado (y sus consejeros), que tanto presume de recorrer el mundo "como san Pablo" y que quizá no sea consciente del ridículo que hace en cada tertulia que preside, si tuviera un poco de consideración, un ápice de sentido caritativo y dos dedos de frente para lavar en parte la imagen de la obra, enviaría un ayuda importante o se personaría en el lugar de la hecatombe para decir y demostrar que el opusdei también se solidariza.
Pero no. Para el opusdei, los pobres no tienen necesidad de su presencia porque no tienen dinero.
No sé a qué ha venido la reciente convivencia que han tenido en Roma los dirigentes de las Oficinas del Apostolado de la Opinión Pública (AOP). No se lava la cara del opusdei escribiendo notitas en periódicos afines que sólo leen ellos; se lava estando al lado de quien necesita que le echen una mano, tanto material como espiritualmente. Pero el opus no tiene ni idea ni de lo que es caridad, ni cariño, ni ayuda, ni solidaridad, ni desinterés. El opusdei es una marca comercial registrada, que no se me olvide.
Agustina L. de los Mozos
