Entrevista a especialista en relaciones sectarias.- Brian
Fecha Wednesday, 13 January 2010
Tema 900. Sin clasificar


Miguel Perlado, especialista en relaciones sectarias

"Me llaman ´comecocos´: sólo intento que el sectario dude"

por VÍCTOR-M. AMELA

La Vanguardia, 12/01/2010

Tengo 37 años. Nací en Pamplona y vivo en Barcelona desde los 7 años. Soy psicoterapeuta especialista en sectas. Estoy casado y tengo dos hijas. Soy un demócrata liberal. Respeto las religiones sin practicar. He colaborado con Atenció i Investigació de Socioaddiccions (AIS)  

¿Sigue habiendo sectas?

Sí. Trato a personas sumidas en relaciones sectarias.

Hace 30 años operaban sectas ufológicas, Hare Krishna...

Las más activas hoy son las sectas gnósticas (organizan conferencias), la cienciología y los grupos psicoterapéuticos.

¿Qué tipo de personas se enredan ahí?

En Catalunya, un 0,9% de la población en este el último año: son jóvenes, sobre todo.

¿Qué perfil tiene el joven sectario?

Ingenuo, idealista, concienciado, de buen corazón, con ganas de ayudar... Jóvenes inteligentes y con inquietudes humanistas.

¿Y qué persigue la secta? ¿Su dinero?

Poder. Poder sobre el adepto. Y, a más adeptos, más poder. Poseer el tiempo del adepto es ya poseer su riqueza... 



¿Cómo nace una secta?

Uno proclama haber accedido a una verdad renovadora, salvadora, sanadora. Otros se le acercan: deviene su líder. Ansía un grupo de seguidores: promueve mecanismos de sumisión. Y parasita a sus adeptos.

¿Qué grupo es secta y cuál no lo es?

No hay tipificación precisa. Me atengo a la nocividad de cada grupo sobre sus adeptos.

Una joven quiere ser monja de clausura: ¿la trataría si lo pidieran sus padres?

Esa congregación no será sectaria si no tiene doble agenda, es decir, si sus fines y métodos son transparentes y si ese convento no disimula sus preceptos. La secta atrapa al adepto sugiriéndole que a medida que se comprometa conocerá verdades secretas...

La zanahoria salvífica...

"No cuentes nada, los demás no lo entenderán: calla y te enseñaremos cosas más valiosas...", dice la secta, que añade: "¡Abandona tus viejos apegos!", hasta anular la individualidad y lograr sumisión ciega.

Anulada la capacidad crítica del adepto, ¿quién acude a pedirle ayuda a usted?

Familiares y amistades cercanas de esa persona, preocupados ante sus alteraciones.

¿Qué tipo de alteraciones?

Esa persona, te dicen, "ha cambiado", "está más hermética", "ensimismada", "obsesa", "dice haber descubierto algo nuevo y que están ayudándole". Y no admite críticas.

¿Qué es lo primero que hace usted?

Preguntar primero, para descartar patologías..., y ver qué grupo anda detrás.

¿Y con qué suele toparse?

Grupos orientalistas, esotéricos y ufológicos. Grupos ultracatólicos, como la Iglesia Universal y Triunfante o el Opus Dei (trato aún a familiares preocupados y a ex adeptos). Y hoy, sobre todo, grupos terapéuticos.

¿Qué tipos de grupos son esos?

Hablan de "psicotecnologías", de "canalizaciones"... Son grupos que prometen sanarte cuerpo y alma mediante alguna escuela psicológica revolucionaria o un infalible método terapéutico corporal y energético...

A veces la fe mueve montañas.

O encadena la voluntad y esclaviza. Analizo si esa persona ha perdido su subjetividad.

¿Y si esa persona declara sentirse feliz en su secta?

Pido hablar un rato con ella. Y si acepta venir a verme...

Usted va y la desprograma.

No, esa terminología es caduca: ¡eso sería hacer lo mismo que la secta, pero a la inversa! Podría lesionar emocionalmente a mi paciente, y además se me podría demandar.

Entonces, ¿qué hace?

"Intervenciones para la salida" (en inglés, exit counseling),lo llamamos ahora: consiste en intentar abrir alguna grieta en el muro de sus certezas, abrir alguna brecha...

¿Cómo se hace eso?

Al principio, el sectario suele hablarte en plural... Mediante preguntas, yo procuro averiguar qué carencia o necesidad íntima le inclinó hacia ese grupo... E intento reactivar su identidad, friccionarla con la secta, provocar dudas, estimular su espíritu crítico... Sólo así podrán resquebrajarse sus convicciones. "¡Tú decides!", le digo al final.

¿Qué índice de éxito consigue con sus "intervenciones para la salida"?

Un 65,2%. Lo más difícil es tratar a adolescentes criados desde niños en grupos sectarios... Y si veo que mi intervención puede dañar más que ayudar, me refreno...

Se mueve en una frontera borrosa...

Cierto. Me llaman "comecocos", "desfibrilador", "desprogramador", "recalcitrante", "inquisidor"... Y yo mismo a veces me pregunto: "Y yo, ¿en qué creo yo?".

¿No es usted de una secta antisectaria?

Pregunta pertinente... ¡Lo sano es dudar siempre de todo, justamente! Cuando un paciente me espeta eso, yo aprovecho para rogarle: "Bien, pues ayúdame tú a pensar por qué crees que yo estoy en una secta...", ¡y eso acaba por ayudarle a verse a sí mismo!

¿Y luego, qué?

Lo ideal sería un periodo mínimo de tres meses de desintoxicación, es decir, de alejamiento de ese grupo, para evitar que vuelva a ser captado y sectarizado.

¿Puede un partido político llegar a operar como secta?

Sí. Y un conjunto musical también. Y un movimiento artístico. Y una escuela psicoanalítica... Si hay líder carismático, jerarquía rígida, obediencia ciega, sumisión incondicional y un "maltrato por tu bien"..., hay secta.

¿Y un club de fútbol?

El líder sectario es paranoide: le enfurece toda crítica y la atribuye siempre a "los malos". Exige uniformidad monolítica. Esto puede pasar
en una corporación, una junta directiva, una ONG...

Depende de uno

Ha coordinado Estudios clínicos sobre sectas,texto con la experiencia de once profesionales europeos y americanos en el tratamiento de dependencias sectarias (www. miguel-perlado. com). Perlado se ha inquietado ante algún personaje entrevistado por La Contra (Cedeño, Pearl, Gascón, Heckel, Mandel) por aspectos que pudieran propiciar conductas sectarias, y me ha llamado. Tras charlar, me queda una certeza: todo grupo es tan consolador como peligroso. ¡Preserva tu capacidad para decirle no! Si todo te parece irreprochable de tu grupo..., ¡sospecha de ti!: has caído quizá en relación sectaria. Toma distancia y escucha más voces: el lector de La Contra sabe esto hace tiempo.







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