¿Qué cosa es un clásico?.- Carocha
Fecha Monday, 28 December 2009
Tema 060. Libertad, coacción, control


Queridos Orejas,

 

a la temporada navideña se sobrevive, por ejemplo, leyendo los libros que nos ofrecen en Navidad. :))

 

En el Opus Dei, recuerdo una vez – una – haber visto una numeraria recibir un libro por Navidad. Recuerdo incluso el título, La Sinfonía, no sé por qué. Y también recuerdo haber pensado qué demonios haría ella con ese improbable libro después de leerlo, ya que el “criterio” era que dejásemos los libros en la habitación, al cambiar de casa o de habitación, por “desprendimiento”. (Aparentemente, según  la leyenda interna, así lo había hecho siempre el impagable don Álvaro, futuro intercesor de una clase de gente curiosa, los “intelectuales” desprendidos de sus libros :)). Pero, por otra parte, se suponía que los regalos de Navidad se podían conservar: aunque desapegadamente, claro. :)) Pensando ahora en el episodio de La Sinfonía, creo que esa numeraria lo habrá recibido porque “convenía” que sus padres, muy contrarios al opus, viesen a su hija con un regalo “normal”, sin olor a administración, por ejemplo: hay cosa más normal que regalar un libro? Bueno, no en el opus. Pero saben siempre hacer como si fuesen inocentes: y eso es lo verdaderamente imperdonable.

 

El problema de los libros es, en el Opus Dei, el mismo problema de los amigos: como hacer para “desprenderse” de un libro, si el objetivo de leer un libro es precisamente el deleite en su posesión, si no sirve para nada más, o menos: tal y como los amigos, que sólo son amigos si son completamente particulares e insustituibles? De ahí, la insistencia en la lectura de los “clásicos”, una supuesta lista (Un clásico problema) de obras un tanto imprecisa, fácil de manipular en cada caso (y extrañamente española, lo que contribuía para la dificultad del proceso de autorizaciones de lectura, fuera de España: un horror completo). 

 

Todo son listas, en el Opus Dei, todo: sin los “Vademecums”, las “Experiencias”  - y el sufrimiento absurdo y brutal que provocan - qué queda del Opus Dei?  Queda la memoria de un horrible provincianismo, de una claustrofobia sin nombre, de una actitud de desconfianza pueblerina frente al pensamiento y al debate de ideas. La perversidad de las ortodoxias es sobretodo que permite ocultar consistentemente la ausencia de ideas con el fácil y horriblemente falso argumento de la “libertad” de prescindir de las libertades de la vida de todos los días: de prescindir de la vida.

 

Y ahora vuelvo a mis libros nuevos, que mis hijos están fuera, y reina el sosiego por unas horas. :)) Feliz Año, un enorme abrazo,

 

Carocha









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