Mucho se ha hablado aquí sobre el rechazo que mostró el Fundador hacia el Concilio Vaticano II, y también de la actitud positiva de la Obra hacia tan trascendental acontecimiento de la Iglesia. Se ha señalado también la participación de Álvaro del Portillo en el Concilio.

Entonces ¿por qué no pensar que la actitud pro-conciliar del Opus Dei habría sido una decisión de don Álvaro, siguiendo su criterio pragmático, ejecutivo y organizador?

Bien podría ser que habría sido una adaptación a circunstancias, que consolidaba institucionalmente a la Obra, en clara disidencia con los reparos, las reservas y las críticas que el Vaticano despertaba en el Fundador. La obediencia, en este caso como en tantos otros, habría operado en sentido inverso. Un asunto que habría que estudiar.

La cuestión de la santidad en medio del mundo, por su parte, aportaba un marco ascético novedoso, lo suficientemente cómodo y adecuado para encaminar una espiritualidad hasta ese momento indefinida, errática y confusa. 

Sería muy interesante que los especialistas de la web se aplicaran al estudio de lo que en la Obra se debe al espíritu organizativo de Mons. Ing. del Portillo. Siempre me han sorprendido los criterios empresariales, administrativos, económicos (en sentido amplio), burocráticos y eficientistas según los cuales opera y se estructura la Obra. 

Feliz Navidad.

Adriano