Estimada Calandria:

Si te llamaras Elisa, me habría salido una pieza para piano.

Las partes en un litigio exhiben sus argumentos. La decisión que ponga fin al litigio nunca es lógicamente necesaria. La sola lógica no resolverá el litigio. La decisión requiere de una previa valoración, para ayudar a la cual la lógica de nada sirve.

Te desgañitas con argumenos, igual que los que se te oponen, y te haces acreedora del mítico reproche unamuniano: vencerás, mas no convencerás. Aquí, no. Otros serán, puestas las pertinentes denuncias, quienes valoren y sopesen los argumentos en conflicto. Pero lo que es convencer a quienes aquí escribimos y a quienes esto leen, naranjas de la china.

Esta página tiene varios fines: prevenir, abrir los ojos, ayudar a salir, servir de desahogo, ilustrar... Pero su función principal -sometiendo en esto mi juicio al de la madre fundadora, sor Agustina- está en denunciar las irregularidades que, así en las normas escritas como en las costumbres del Opus Dei, lo apartan del Derecho y del Magisterio de la Iglesia Católica, causando los males de los que esta página se hace eco.

Y esos males son empíricamente verificables, como es jurídica y teológicamente sostenible afirmar que el Opus Dei se aparta de la Iglesia en numerosos aspectos.

Dejémonos de gaitas. Que si éste ha dicho y el otro responde, que si has generalizado, pues tú más...

-Inducción de vocaciones a menores, con expreso consejo de guardar silencio ante los titulares de la patria potestad -véase, sus papás-.

-Falta de sigilo en la dirección espiritual, sin advertencia previa a los dirigidos.

-Notas y registros con datos de conciencia contra la expresa prohibición de la Ley Orgánica de Protección de Datos -que prevé multas millonarias-.

-Confusión de los cargos de director institucional y de almas, contra la expresa prohibición de León XIII  -que no prevé multas millonarias-.

-Ocultación voluntaria de la realidad, oficialmente, para que no se escandalicen los que no nos entienden, aunque más bien sea para que no nos sancionen los que no sólo entienden, sino que están investidos de autoridad. (Analiza los estatutos del Opus Dei -lo público y aprobado por la Iglesia- y dime si ves en ellos amparo para las prácticas que tú y yo sabemos se emplean en el Opus Dei, y que sólo están reguladas en documentos internos -ahora ya no tanto- sustraídos a la licencia eclesiástica.)

- Pastillas para perseverar -cuando yo tenía 23 años me sugirió mi director ir al médico para ganar en castidad, y no penséis que me lo gastaba todo en putas-.

- Testamentos en blanco o, mejor dicho, a favor de sociedades interpuestas -pobreza personal compatible con ingeniería financiera institucional y con la titularidad de pisos de lujo y verdaderas mansiones y palacetes distribuidos a granel por todo el orbe-.

- Aportaciones sin recibo -¿has hecho la aportación? ¿has hecho la aportación? ¿has hecho la aportación?-; pagos por los servicios recibidos en los cursos de retiro y convivencias y cursos anuales, siempre sin factura; donación del salario íntegro de los numerarios, también sin recibo... ¿Declararán a Hacienda tales ingresos no documentados?

- Pavorosa situación laboral de las numerarias auxiliares, haciéndoles creer -¡angelicos!- que Dios las llama a planchar gratis calzoncillos y bragas. Las numerarias auxiliares que quisieran demandar al Opus Dei o a sus sociedades interpuestas, se sorprenderían de las resoluciones favorables que podrían obtener de la Jurisdicción Social española.

Y los etcéteras son tan largos, que sólo por falta de tiempo dejo que sean otros quienes sigan añadiéndolos. Pon tú alguno si quieres, Calandria. Sería un pequeño paso para un hombre, pero un gran paso para la humanidad.

Sanivo