No sé por qué pero los cuadros en los que aparece JMEB nunca me han gustado. Éste último que nos mostró Agustina, tampoco.

Quizá fuera porque lo he visto en las películas, en las fotografías que hay en todos los centros... y ya no es fácil imaginarse cómo se puede pintar al señor que tanto conoces. Creo que me pasó como cuando vi los dibujos de Mortadelo y Filemón en la televisión: para mí nunca habían tenido voz, porque los había leído en los tebeos, pero que alguien les pusidera voz fue realmente ridículo (lo mismo que las dos películas, una de ellas que hizo Feser, del que otro día hablaré del fiasco económico de su película, aunque sé que hay muchos seguidores de Camino -la película, eh- en esta web).

Sentí también mucha repugnancia cuando vi por primera vez -y última- un comic sobre la vida del fundador. Recordé que el siempre había dicho que no quería lucirse, pero después de muerto (después he sabido que ya en vida) sus discípulos lo estaban utilizando y recreando en dibujos, cuadros, esculturas (qué horrible una que aparece en uno de los documentos prohibidos). Es tan falto de naturalidad, que lo único que se puede pensar es que sus autores no conocieron al verdadero fundador o son muy malos artistas.

Agradezco a Luxindex su brillante análisis, especialmente el del segundo cuadro. Con sólo haber dicho que JMEB no mira al niño es más que suficiente para demostrar que el protagonista es él y no Jesús. Cualquiera de nosotros tiene un belén en su casa y puede comprobar que la postura natural de la Virgen es la de mirar hacia el Niño, lo mismo que la de San José, que está pendiente de su esposa y de su Hijo, como haría todo padre.

Para los del Opus lo importante es el fundador y esto es lo más herético de todo.

En el arte también ha habido cuadros considerados heréticos. En el renacimiento unos pintores representaron a la Santísima Trinidad como una cabeza con tres caras, se llamaban trifaciales: un mismo Dios, tres personas distintas, pero claro las tres caras están en la misma persona. Pero el Concilio de Trento (parece que realmente sólo ha habido dos concilios: Trento y Vaticano II) lo prohibió por herético y se destruyeron muchos cuadros. Debo decir que los cuadros son un pelín desagradables.

En fin, que la censura (que existe en todos los ámbitos de la vida y que quizá se podría aplicar también en esa web hacia las tonterías de Calandria y si dices tonterías es que eres tonta, hija) de la Iglesia quemó lo que era herético. Quizá en el futuro queme otras herejías, como el afán de protagonismo de quien dijo "Poner a Cristo en el centro de todas las actividades humanas". Ahora deberemos interpretarlo como "Poner a Cristo y a mí (JMEB) en el centro de todas las actividades humanas".

En resumen:

1. Que censuremos a Calandria. Lo pido porque hasta en las democracias existe una figura que permite la censura (censura previa establecida por un juez y en los casos de estados de sitio y excepción en los que se suprimen los derechos fundamentales).

2. Los cuadros de JMEB son pastiches horribles porque están mal pintados, porque no corresponden al gusto actual.

3. Los cuadros de JMEB son heréticos porque quieren desviarnos del verdadero dogma: la Inmaculada Concepción de Nuestra Madre se hizo sin presencia de varón y aquí tenemos a uno en medio de la escena. Patético.

4. Gracias a Luxindex, qué bueno tu texto.

Supo