Escrivá y el Vaticano II.- Mateo
Fecha Wednesday, 16 December 2009
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Escrivá y el Vaticano II

Mateo, 16 de diciembre de 2009

 

Estimado Juan, ¿quién eres? ¿Dónde estás? ¿En alguna oficina de información de la Prelatura para defender lo imposible? Resulta muy difícil estar de acuerdo con lo que dices, aunque se ponga esfuerzo. Me parece que tienes que salir de la burbuja doctrinal en la que te encuentras, en la que otros muchos estábamos antes, y abrir los ojos de tu mente, todavía contaminada por el adoctrinamiento interno. Es cuestión de que escuches otras voces. Así de simple. Aquí no voy a explicar por qué Escrivá no aceptó el Vaticano II, sino comentar tu cándido escrito.

Para conocer lo que ha supuesto el Concilio Vaticano II tendrías que leer algún estudio sobre el mismo, o los comentarios de alguno de los grandes teólogos que intervinieron en esa asamblea, como Mi diario del Concilio, de Yves Congar. Benedicto XVI habló de este tema al principio de su pontificado, si no recuerdo mal en un discurso a la Curia Vaticana. En ese discurso, el Pontífice recuerda brevemente las líneas del concilio y trata de las distintas reacciones posconciliares, que poco tienen que ver con lo que tú dices.

Tú tienes la perspectiva que te ha dado Escrivá, pero esta visión está completamente distorsionada por su personalidad patológica, que le llevaba a ser el centro de la historia. Según el adoctrinamiento interno del Opus Dei, Escrivá es el precursor del Vaticano II, y el mensaje más importante de este concilio es la llamada universal a la santidad, atribuida a Escrivá por él mismo. Pero esto es sencillamente falso porque Escrivá no fue precursor de nada, y menos de un concilio que no tragaba. En primer lugar porque no sabía teología y carecía de una seria formación humanística. En segundo lugar, porque lo de la llamada universal a la santidad no es original suyo, viene de largo y él no hizo más que copiar lo que había en el ambiente. En tercer lugar, porque Escrivá no tuvo ninguna gracia fundacional, sino que fue un impostor que, debido a la patología de su personalidad, se inventó todo. Si tu fuente es Escrivá, estás perdido, porque este hombre deformaba la realidad de modo compulsivo. Resumiendo: ni Escrivá tiene la patente de la llamada universal a la santidad, ni tampoco ese mensaje es lo más importante y novedoso del concilio.

Es una lástima, por otra parte, que Del Portillo fuera el secretario de una de las comisiones conciliares, porque el P.O. es, a mi modo de ver y también de otros muchos, el documento conciliar más flojo.

Por último, me apena que juzgues el pontificado de Pablo VI de un modo tan peyorativo, como suele hacerse puertas adentro del Opus Dei. Esto se debe a que este pontífice quiso poner un poco de orden en la Obra y por eso le caía tan mal a Escrivá. Se enfadó muchísimo cuando lo eligieron sucesor de Pedro, y todos le hemos oído hablar mal de él. Que digas que tuvo que venir Juan Pablo II para poner orden en la Iglesia, me parece una visión muy reductiva de la historia. No tienes más que leer lo que comenta Benedicto XVI acerca de Pablo VI en un reciente discurso en Brescia, y en otras ocasiones.

En definitiva, tu formación en estos aspectos que comentas está llena de los tópicos propios de la institución. Sería bueno para ti que ampliases un poco tus fuentes de información.

Perdona que sea tan cáustico contigo, pero me molestan las falsedades y que engañes a la gente. Además, supongo que lo que pretendes es sembrar polémica como maniobra de distracción.

Atentamente

Mateo.









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