Divinus Marques Peraltae chapucero est.- atomito
Fecha Monday, 14 December 2009
Tema 100. Aspectos sociológicos


Atalo con alambre (Foto por Atomito)

Como bien comenta Dionisio, la enseñanza del latín en el Opus, es en cierta forma aun peor que los cursos de filosofía y teología. Para los cursos de latín, no hay ni textos, ni diccionarios, ni exámenes, ni programa. Es increíble que con tanta insistencia de Escrivá sobre la “santificación del trabajo” y las “cosas pequeñas”, el estudio del latín sea algo tan improvisado, amateur, superficial, que cualquier curso de idiomas en la academia mas rata, donde los egresados solo sepan decir frases básicas como “the pen is blue”, “Je m’apelle Atomito”, es superior que los cursos de latín que dicta el Opus...



Yo fuí a colegio de teresianas, y frecuenté una parroquia dirigida por franciscanos, antes de ir por el Opus. Jamás sentí en esos ambientes una frase en latín: ni para jaculatorias, ni para el rosario, ni misa ni nada. El latín no existía. Cuando empecé a ir por el Opus, me empecé a encontrar cosas como la bendición del santísimo los sábados, con canto gregoriano en latín, y paulatinamente, a medida que iba “encajando” y sobre todo, después que pité, todo se iba pasando al latín: el rosario, el angelus, la misa, el círculo ... Como que las cosas en latín funcionan mejor: la virgen es más probable que conceda un favor si se lo piden con un “ora pro nobis”, que si le dicen “ruega por nosotros”, y los pecados se perdonan mejor con un “ego te absolvo” que con “yo te absuelvo”.

Cuando estaba en el Opus, no me terminaba de cerrar cómo si el latín era tan importante, no se estudiaba en serio, como uno esperaría de los “profesionales de la santificación”. A mi me interesaba aprender latín, y estaba dispuesto a hacer un esfuerzo y dedicarle tiempo, pero simplemente los cursos eran una absoluta farsa. Los únicos 2 o 3 numerarios que conocí que sabían algo de latín, lo habían aprendido afuera, igual que lo que cuenta Dionisio.

Ahora, con la perspectiva de los años, y habiéndome enterado a través de Opuslibros que Escrivá había sido un mediocre en los cursos de latín en el seminario, las cosas empiezan a encajar:

  • En primer lugar, ni Jesucristo ni los apóstoles, ni los primeros cristianos, hablaron nunca latín. Hablaban hebreo, o en todo caso los primeros conversos hablaban griego. Ningún libro de la biblia fue escrito originalmente en latín. El latín simplemente era la lengua vernácula en la época en que el cristianismo se expandió por el mundo. Cuando luego los bárbaros invadieron Europa, el latín pasó a ser la “lingua franca” que manejaba la gente culta, algo así como el inglés hoy día. De modo que al que le interese ir a las fuentes de la religión católica, debería estudiar hebreo antiguo y/o griego antiguo. Leer una traduccion de la biblia al latín, es lo mismo que leer una traducción al español o al ruso.

  • Para una mente vanidosa como la de Escrivá, el latín es cool, es fashion. Es como en el marketing y la publicidad, cuando usan el inglés. No es lo mismo por ej. decir que “ofrecemos servicio de delivery” a que “le llevamos el pedido a su casa”. O decir  “personal trainer” que “profesor de gimnasia”. En una mente escrivariana, preocupada por el status y las diferencias de clases, tirar citas de la biblia en latín, es una forma de mostrar “quien es uno”.

  • En el esquema mental fascista de Escrivá, de observancia a las tradiciones milenarias recibidas, de no criticar ni cuestionar las “verdades” recibidas de los iluminados, el latín es una forma de mostrar la reverencia a las tradiciones. En tiempos en que la mayoria en la iglesia pensaban que era hora de evolucionar y adaptarse a los tiempos, Escrivá se oponía a cualquier tipo de cambio, y seguir usando el latín era una forma de mostrar su discrepancia con los vientos de renovación que soplaban en la época del concilio Vaticano II.

  • Como Escrivá no tenía facilidad para los idiomas, y nunca se preocupó de aprender ninguno, ponerse a estudiar latín en serio nunca estuvo en sus planes. Solo se trataba de repetir frases sacadas de la biblia. No necesitaba armar frases nuevas ni conjugar verbos ni nada. Si a mi me dan la biblia en rumano, yo puedo hacer citas bíblicas en rumano, no necesito saber nada de gramática, solo necesito saber como se pronuncia. Y teniendo el latín y el español una pronunciación parecida, lo único que hay que aprender son las 2 o 3 letras que se pronuncian distinto.

Calandria, si vas a defender los cursos de latín del opus, diciendo que ahora usan power point o un spell checker de latín incorporado al Word, primero traducime al latín “mi mamá me mima”, y después hablamos. 

atomito 







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