Agradecerte Toc Toc que me quitaras las palabras de mi pensamiento ya que quise contestar a Agora para matizar sus manifestaciones porque yo tenía la misma información que tu expresas.

Por otro lado me ha gustado que se citara el testimonio de Jacques Fesch, personaje que me conmovió al leer su biografía porque en ella se confirma la Misericordia de Dios y no la de los Hombres. Dios escribe siempre con Amor no con normas, si así fuera Jacques Fesch no podría ser beatificado porque en su vida no cumplió con norma alguna, ni siquiera con las humanas. Es por ello que se debería reflexionar con la situación de tantos numerarios y numerarias que se dicen felices y cuya vocación es un acto de voluntariedad que acaba estallando en sus propias manos. ¿Qué pasa si un día no puedes ir a la novena de la Inmaculada porque ha llegado tu madre para verte? ¿Qué pasa si una mañana no haces nada? ¿te sientes mal porque has perdido el tiempo?. Así me sentía yo después de 22 años de trabajo que acabó con mi salud, el pasear a la luz del día cuando todo el mundo estaba trabajando me hacía sentir mal, me costó una enormidad calmar y tranquilizar mi conciencia, de ahí que tantos y tantas salgan de la Obra con depresión de caballo, que cuando sales no sabes qué hacer porque siempre te han organizado la vida al segundo, que si no te confiesas cada semana estás perdido/a, pero con el tiempo te das cuentas que para confesarte cada semana casí tenías que imaginarte "pecados" del estilo "he faltado a la unidad" y te percatas que puedes pasarte meses sin saber que decir al confesor. No por ello somos más o menos pecadores, ni más o menos buenos, sencillamente somo personas, con una Libertad que nada ni nadie nos puede organizar ni quitar.

Me duele que cada día me lleguen noticias de que fulanita se ha salido y está mal, o menganita con tratamiento, no puede ni trabajar ni levantar su ánimo. Mi exclamación y mi ruego a los cielos es suplicar para que, si la Iglesia es Madre, se acabe ya con tanto sufrimiento, dolor, engaño. Me consta que las aguas se mueven pero no con la rapidez que desearíamos tantos padres y madres, hermanos y hermanas..... ¿qué más hay que esperar para que se ponga freno a tantos desmanes?. Alguien me comentó que el tema es muy sibilino por el poder que ostenta el opus dei en la Iglesia.

Y yo suplico a los directores/as que nos leen, a aquellos y aquellas que os dais cuenta de cómo están las cosas en vuestros centros, ayudad a esos chicos y chicas jóvenes que en su idealismo han ofrecido su vida a Dios a través del opus dei y no se percatan que están metidos en una tela de araña pegajosa que no les deja salir ni ser ellos mismos. A vosotros/as confío esas vidas ya que mientras tanto han de poder sobrevivir.

Un abrazo grande,
Marietta