Leí hace pocas semanas los recuerdos de Jiménez sobre la erección de la Obra en Prelatura Personal, y recuerdo algunos detalles que nos tocó vivir en México. 

Algunos meses, más o menos un año antes de la fecha en que finalmente se dio oficialmente aviso de que la Obra se iba a erigir como Prelatura, se detuvo la aprobación. Según platicaron en aquella época ya estaba lista la erección de la Prelatura Personal pero se detuvo.  

La razón fue que alguien –no se sabía bien quién- envió un correo a una gran cantidad de Obispos del mundo, en esta carta se prevenía a los Obispos de que el Opus Dei tenía la intención de formar una “Iglesia dentro de la Iglesia”.  

Para contrarrestar este problema Juan Pablo II hizo una encuesta enviando un correo a todos los Obispos del mundo, pidiendo su opinión sobre el tema. Sólo hasta después de ver sus respuestas la erigió como tal. Me acuerdo que muchos Sacerdotes de la Obra fueron a hablar con los Obispos de México.   

En aquél entonces se hizo gran fiesta por esta erección. Yo también esperaba, como comenta Jiménez, algún cambio real cuando la Obra fue eregida Prelatura. Como es bien sabido no hubo ningún cambio substancial. La única diferencia era que ya no hacíamos votos, los llamados compromisos previos, que a mi me tocó aún hacer. Pero en la práctica absolutamente ningún cambio.

Después se comentó que la primera carta clandestina a los Obispos había salido desde la ciudad de San Antonio, Texas. Hay quien dice que la hicieron algunos sacerdotes Legionarios, que como es bien sabido, tenían cierto pleito con el Opus Dei. Don Álvaro fue a México poco después del anuncio (el anuncio oficial fue en noviembre 27 del 82), y en abril don Álvaro fue a México a dar gracias a la Virgen de Guadalupe, y dijo algo así como que “una organización pequeñita” había puesto obstáculos a la Prelatura.  

También recuerdo haber oído varias veces que Don Pedro Casciaro (como bien saben fue el sacerdote que llevó el Opus Dei a México) llamaba a los Legionarios “los de ahora”, comparándolos con los de la Compañía de Jesús, que les decía “los de ayer”. Se entiende ¿no?, los Legionarios eran los enemigos de ahora y los Jesuitas los enemigos de los primeros tiempos de la Obra. Por supuesto que no pretendo criticar a ninguna institución, simplemente apunto esto que son, hoy por hoy, datos históricos. Y también me parece que el principal enemigo de la Obra está dentro y no fuera de la misma.  

Pocos días antes del anuncio oficial llegó a todos los centros un sobre cerrado y sellado con algunos datos de la nueva Prelatura. El sobre no se podía abrir hasta el día del anuncio oficial. Los directores de mi centro se levantaron muy de madrugada para leer el documento, aunque ya sabían básicamente de lo que se trataba. Esto fue en agosto del 82.  

Analizando el punto de vista de esa primera carta clandestina, me temo que tenían mucha razón. El Opus Dei parece una estructura excesivamente independiente, y gracias a eso (entre otras razones) se han multiplicado de manera impune tantas injusticias contra sus miembros.   

En fin, son algunos recuerdos y análisis alrededor de este hecho histórico. Aprovecho para enviarles un saludo a todos.  

JoseCervantes.