Miradas En Retrospectiva De Una Ex Supernumeraria (II).- Salypimienta
Fecha Friday, 20 November 2009
Tema 078. Supernumerarios_as


Hola a Tod@s:

La vez pasada que escribí prometí que escribiría sobre los retiros y convivencias de las chicas de "San Rafa", no había podido hacerlo antes ya que estuve un poco delicada de salud, pero como lo prometido es deuda, ahora cumplo con mi palabra.

La primera vez que fui de 'convivencia' me tocó estar recién pitada y fue en la Hacienda de Montefalco. Esta casa fue donada por una familia "X", que pensó que mataba dos pájaros de un tiro: se deshacía de un 'elefante blanco' que estaba en ruinas y que no había modo de vender, y de paso se ganaba muchas bendiciones. El opusdei estaba encantado con el regalito, podríamos decir que don Pedro Casciaro (que era el consiliario) no cabía en sí de la emoción de contar con una casa tan grande y señorial para organizar retiros, convivencias y demás actividades de apostolado, proselitismo, etc. El único problema que tenía Montefalco era que sólo contaba con las paredes, porque los techos y los suelos brillaban por su ausencia... casi de inmediato ser organizó una estupenda campaña de colecta de fondos (al más puro estilo opus) para la restauración de la Hacienda y en pocos años todo estuvo listo...



Pues como les contaba, un buen día me tocó la dichosa primera convivencia... ibamos muchas porque era para supernumerarias solteras, y de ésas había pocas (convivencias), de hecho hasta nos acompañaron algunas supernumerarias de Guadalajara.

Todo fue bien a la llegada, lo malo fue entrar a las habitaciones porque Montefalco está en un lugar muy caluroso, en medio del campo, y por consiguiente plagado de bichos, animales y alimañas que nos pusieron los pelos de punta a las señoritas supernumerarias flores de asfalto. Lo primerísimo que vieron nuestros citadinos ojos fue a una familia de ratoncitos de campo que hacía turismo por la habitación, el resultado: histeria colectiva. Después de varios minutos de gritos y aspavientos, una de las numerarias encargadas fue a tranquilizarnos. Nos dijo que era "costumbre de casa" en Montefalco, rezar la jaculatoria: "San Jorge Bendito, amarra tus animalitos", y que  con eso, todos los bichajos se apartaban de nuestro paso. No sé a ciencia cierta que tan bien le funcionó la jaculatoria a otros grupos de miembros/fieles, pero a nosotros no. Seguramente debía de ser porque era un verano extraordinariamente caluroso y  el tal San Jorge bendito estaba todo amodorrado y dejaba a sus animalitos sueltos por todas partes sin que le importara un soberano pito que sus animalitos nos tuviesen al borde de la histeria.  Todo se resolvió cuando fuimos al pueblo y a una inteligente se le ocurrió adquirir un insecticida... desde ese día nos encomendamos a "san Raid" y todo estuvo mejor.

En una de las charlas, la dire nos contó que San José era el patrono del buen marido. A una se le ocurrió que debíamos encomendarle que nos encontrase un buen marido de preferencia decente, guapo y simpático, y que para congraciarnos con él habíamos de barrer  y limpiar y poner flores en su lugar  para que su trabajo fuese más efectivo (vaya, es como si lo hubiésemos sobornado con tanta zalamería), pero lo mejor de todo fue cuando una auxiliar nos desengañó y nos dijo que San José no servía para encontrar marido, que el encargado de eso era San Antonio de Padua, y que San José sólo actuaba cuando el marido ya estaba conseguido y lo hacía bueno. Lo peor es que la numeraria dire, puso el grito en el cielo cuando se enteró de ésto, yo creo que todavía pensaba que alguna podía pitar de numeraria o de agregada. Además le habrá caído pésimo que  no utilizaramos para éste fin a los cuasi santos de casa tipo el padre Chema, que en ese entonces era conocido como 'monseñor'; Montse; o Isidoro Zorzano -"échame la mano"-. (así se le rezaba a Isidoro en nuestro grupo).

Otra anécdota inolvidable de esa convivencia fue la primera vez que salimos de excursión. En esos tiempos todavía las mujeres de la obra teníamos prohibidísimo usar pantalones y se nos ocurrió pasear a campo traviesa con nuestras monísimas falditas de algodón fresquito y delgadito, el resultado fue que de las 25 o 27 que ibamos, ni una sola llegó de regreso a casa sana... todas estabamos arañadas, raspadas, heridas, golpeadas y  bastante lesionadas... todas eramos un Ecce Homo... después de esa vez, decidimos por unanimidad dar nuesros paseos por lugares menos peligrosos para hacerlos disfrazadas de señoritas pijas.

Por las noches, en la tertulia, teníamos que escuchar las aburridísimas historias de la dire que se sentía la reliquia viviente del opusdei porque en su juventud vivió un tiempo en Roma y conoció en persona a san Chema... pobre, era buena persona pero una superfanática de miedo. A ella fue a la primera que le oi decir que si todos los seres humanos fueran del opusdei, la venida de Cristo no sería necesaria... ¡cosas de la secta!.

Por ahora me despido con un abrazo lleno de cariño para tod@s.

Salypimienta(M)

salypimienta_opus@hotmail.com

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