Familia espiritual y familia daigual.- Inés
Fecha Monday, 16 November 2009
Tema 060. Libertad, coacción, control


Leía el viernes pasado el testimonio de Miguel_M en el que nos relata el sufrimiento por el que está pasando debido al desapego de su hijo, miembro del Opus Dei, hacia su familia.

 

Esta historia o parecida ya la he oído más de una vez y de dos. Recuerdo que hace unos treinta años, incluso más, entré a merendar, con una amiga, en el Hostal de los Reyes Católicos, en Santiago de Compostela. Mi amiga saludó a un señor mayor y le preguntó que qué hacía allí, porque es evidente que no vivía en Santiago. El hombre le explicó, conmigo como testigo mudo, que venía a intentar ver a su hija “que la tienen secuestrada en el opus”, “¡qué va, hombre!¡cómo no te van a dejar verla!”. Mi amiga era supernumeraria, hoy fallecida, y una de las mejores personas que he conocido. “Es la tercera vez que vengo y no me dejan verla, porque yo ya no soy su familia, sólo soy su padre, y puedo ejercer malas influencias sobre ella. Hoy lo intento por la buenas, pero si no la veo, vuelvo con una pistola” Y hasta ahí supe de aquel pobre hombre, desesperado por ver a su hija.

 

Y otra historia que yo viví, que también viene a cuento, fue la de una joven que se fue “al opus” sin pedir opinión a sus padres, sin escucharles, y que empezó a tener en mucha más estima la opinión de “sus hermanas” que la de sus padres. El caso es que pasado el tiempo, unos años, llaman a la puerta de la casa de este matrimonio, era la directora del centro donde vivía su hija. Venía a decirles que la chica tenía una fuerte depresión, que llevaba bastante tiempo así y que el médico les había dicho que donde mejor estaría era en casa de sus padres. La respuesta de sus padres fue la siguiente: “vosotros os la llevasteis sin dejarnos opinar, vosotras teníais a gala que sois su familia y que nosotros lo único que tenemos en común con ella es la sangre. ¿Y ahora que está enferma me la traéis como si de una fardo se tratase? Pues yo os voy a dar la oportunidad de que os santifiquéis cuidándola. Así que podéis iros por donde habéis venido.”

 

La primera historia es la que está viviendo Miguel_M y su familia, pero, o mucho me equivoco, o pronto vivirá la segunda. Es decir, que cuando la salud de su hijo le impida rendir al máximo, se lo devolverán porque siempre habrá “un médico” que opine que donde mejor pueden cuidarlo es en casa. Y de sus padres dependerá recogerlo o no.

 

¡Mucho ánimo! y, en mi opinión, tienen que dejar que su hijo pruebe las mieles del “cariño” que le van a dar en el Opus Dei.

 

Un abrazo

Inés

 









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