No sé a ustedes. A mí me pasa con la Obra como con el tabaco, dejar de fumar es fácil, yo lo he dejado como cien veces. Me parece que en la obra hay un defecto dominante: la sordera. Por mi parte, la gente del entorno más próximo, no es que hablen de uno (que para bien o para mal es síntoma de ocupación por el prójimo), me pregunto, ¿hay algo peor: que no hablen? Esto fue para mí, tan obvio en la pérdida de Don Antonio Petit que, por obvio, sobran mis comentarios. En fin, no nos perdamos en divagaciones. Yo quería decir y verificar, el comentario de Raúl sobre los escritos en la Web. Al salir de la obra, me preguntaba el director si haría esto que ven, (escribir en este lugar). Huelga decir que sobran mis comentarios.

A mi parecer, el mayor enemigo que tienen en la Obra es la misma realidad de la Obra. Si hubiera un cambio sería desde dentro pero eso supone al mismo tiempo romper con su pasado. Creo que uno de los progresos más notorios es que ya no se siente la necesidad compulsiva de argumentar o justificar las cosas desde dentro.

Ya se sabe, algo debo haber hecho mal, en tal caso, Dios me perdonará: es su oficio.

Maestropiero