Al de los 500 folios:

                Te pueden pasar dos cosas con lo que algunos llaman vocación. La primera sería que estás soportando porque crees haber visto alguna vez la vocación que dices tener. Muchas personas viven esas contradicciones dentro de la Iglesia por las revisiones que han tenido que soportar de sus carismas. Conozco varios jesuitas que viven en silencio la deriva de su congregación o al menos es lo que ellos dicen. En tú caso no hay revisión o crisis de identidad. El carisma está viciado desde su nacimiento.

La segunda es que no, que a pesar de lo que has leído, te sientes identificado con todos los excesos y bestialidades que has leído, que tú mismo justificas porque se ha actuado de buena fe pero se han cometido errores ¿humanos?

Todo ello me sirve para contestar a una vieja pregunta de este foro y, como ex de todo menos nax, porque llevo pantalones desde siempre, puedo aclarar.

Sólo existen dos tipos de supernumerarios. Los del caso primero que he dicho. Son los tontos útiles de toda organización sectaria. Los del caso segundo aplican los criterios de la secta en su trabajo y vida familiar, esos criterios que hemos visto en esta web.

Los de este segundo caso, los que llegan a la secta ya mayores se hacen piedras, duros como pedernal y acaban como están todos ahora, que no los quiere ni el portero de su casa. Los que llegan jovenes tienen tal empanada que les buscan el trabajo, la novia y les colocan a los hijos en el celibato todo por la causa.

Lo de llorar o no llorar, hombre de pelo en pecho, con dos bemoles, caballerete del retrete, porque no te tengo delante pero como te pille te voy a enseñar a respetar las noches de soledad, de angustia, de terror, de dolor, las contradicciones de tanta alma dorada y buena.  Dios quiera que no te cruces conmigo porque chulos, lo que se dicen chulos, se llaman proxenetas de las almas y vidas, y en mi barrio, ninguno. Vas a insultar lo justo para mostrar lo que eres, el depredador sicopata como son, han sido y serán tus jefes. Que ya ha pasado el tiempo de amenazas e insultos, de apelar a las visceras y a las hormonas. Que no necesitamos sargentucho de cofradías de borrachos para llamarnos nenazas a los que lloramos. Dale gracias a Dios que los juzgados están desbordados. Hace años que estarías devolviendo el dinero robado y pagando las indenizaciones debidas por daños y perjuicios, sectario de piel de lobo y pelotas de oveja.

Sobre tu vocación, esa, la del trabajo, ya la puedes cambiar que no existe, muchachote, que no funciona. Tu vocación, si es que hay que tener alguna para hacer lo que haces, será la del matrimonio y la gracia la del sacramento. Aquí no hay más fundador que Jesucristo. No vuelvas a tomar el nombre de Dios en vano engañando a más gente sobre lo que es todo una pura farsa. Esto es lo que tienes que saber y te sobra.

Coplasuelta