De tanto en cuándo me permito bucear por las páginas web que defienden al Opus Dei, elaboradas, obviamente, por miembros de la Prelatura. Como primera reflexión pienso que la Obra le tiene que estar eternamente agradecida a Opuslibros por su acelerada inmersión en las nuevas tecnologías: hay que ver cómo desde que en 2002 surgió esta página han proliferado las webs, con mayor o menor fortuna, dedicadas a cantar las alabanzas de la institución, cuando no a “desmentir” veladamente (nunca se atreven a dar el nombre de Opuslibros: ¡esa honestidad intelectual os cojea, amigos!) los contenidos de nuestros testimonios.

Mi último descubrimiento (y digo mío porque quizá ya lleve cierto tiempo y no me había dado cuenta) ha sido un conjunto de páginas personales englobadas bajo la denominación Opus Dei Blogs. En sí mismo esto no tendría nada de particular. Pero la cosa empieza a tomar otro cariz cuando uno, que por fortuna tiene buena memoria, recuerda cuando allá por el año 2003 el Opus Dei Región de España (Marca Registrada) interpuso una demanda a la entonces naciente Opusdeilibros (hoy Opuslibros) por usar en su dirección web el nombre de la institución. Nombre que, por lo visto, sólo puede usar la Obra como tal y evidentemente con el único fin de balancear el botafumeiro y darse con él en las narices. Vulgo: para hacerse propaganda.

Lo curioso es que esta página de blogs afirma  textualmente que “la única condición que cumplen los blogs de Opus Dei blogs es que traten sobre la familia, la educación o la actualidad con visión cristiana de la vida”. Dicho así parece una iniciativa personal; iniciativa en la que, por supuesto, no falta el papel estelar del ínclito Antonio González –¿qué boda sin la tía Juana?- , que es una suerte de Pilar Urbano cibernética.  Un proyecto diseñado para que cualquiera (bajo esas condiciones) pueda publicar su blog usando el paraguas (nombre) del Opus Dei sin que la Región de España (Marca Registrada) tome cartas en el asunto. ¿Seguro? Seguro que no. Eso de la iniciativa personal es, por supuesto, un cuento chino, de cara a la galería.

Prueba de ello es que parece que algunos incautos se tomaron en serio la “única condición” antes referida y decidieron publicar su página personal en este sitio web. Y sospecho que, aunque seguramente tenían una visión cristiana, no tenían la visión cristiana que el Opus Dei quisiera que tuvieran. Los muy ingenuos todavía no debían saber que hay "visiones" y "visiones". Por tanto, y antes de que a la Obra se le fuera la iniciativa de las manos decidió cortar por lo sano. Y así, el anónimo autor de la página (no ofrece en momento alguno su nombre; luego se “rascan” las vestiduras con los “anónimos” de Opuslibros) cierra su texto de presentación diciendo: “Ya no permito registrar nuevos blogs, porque algunos de los que se han creado recientemente tenían un sentido diferente a lo que pretende esta web”.

        Así queda todo más claro. Ya me extrañaba a mí tanta libertad.

Jiménez