Queridisima Maripaz, te agradezco muchísimo el relato de tu reconstrucción. Qué bien describes el centro de lo que vives, con pocas palabras y detalles, pero de forma honda y concreta a la vez: “...había descubierto mi rincón en la vida y lo saboreaba como algo único.... corté mi relación con Dios porque le consideraba parte de mi desencanto, de mi fracaso, de mi engaño... mientras, espero serenamente.... disfrutaba de las cosas más sencillas... aprendí a pedirle opinión sin invadir su espacio y sus gustos.... mi padre, muy enfermo, sonreía mirándome con ternura...” Me resultas muy cálida escribiendo y me haces caer en la cuenta del descubrimiento del mundo interior, de la propia alma, que habíamos sepultado y casi matado a fuerza de doblegarnos con normas y pijoterías. A mi me pasó parecido, pero cuando me pongo a escribir me pierdo en anécdotas superficiales, así que te agradezco tu capacidad de ser concisa y honda  a la vez.

Una cosa más, y es decirte que creo que cuando dices que cortaste la relación con Dios, no quisiste ponerlo con mayúsculas. Creo que como muchos de nosotros, dejaste a una caricatura de Dios. Dios es tu inmensa sensibilidad, está en tu blog, en tus fotografías y videos, en tus poemas, en tu corazón inmenso, en tu mente amplísima, en la persona genial que eres. Ese Dios que toma forma en ti por lo visto ve que no necesitas entrar en una iglesia. ¿Alguien de verdad puede creer que Dios nos va a condenar por no ir a misa los domingos? Cualquier criatura imperfecta tiene más amplitud de mente y más compasión.

Yo no soy doctora en teología ni maestra espiritual, pero me atrevo a decirte porque yo también me indentifico con tu estado espiritual, que sigas en esa espera serena porque un día se te dará en plenitud, porque tú se lo diste todo y se lo sigues entregando cada día sin proponértelo. Mil gracias por enriquecernos tanto!! Y un grandísimo abrazo

Carmen Charo