Queridísima Nadie

Leí tu escrito de y me da alegría apreciar que con esos Ejercicios Espirituales con los Jesuitas, hayas encontrado la paz que necesita tu corazón, lo he leído varias veces y es lo que deduzco.

Tienes mucha razón el perdón tiene que prevalecer en nuestra vida, el rencor nos encoge, nos hace daño, nos paraliza, nos ata a un pasado lejano o cercano, cada uno sabe como tiene todo aquello vivido, pero lo importante es dar el paso que has dado.

El sufrimiento nos engrandece nos hace mas humanos, mas dueños de nosotros mismos, y nos lleva a distinguir que es lo bueno para nuestro interior, para que esté con paz nuestro corazón. 

Hay cosas de nuestra vida que ya no podemos rectificar, pero otras es conveniente que lo hagamos, al fin de cuentas son cuatro dias los que vivimos y no está para nada bien, que no nos permitamos ser felices, cada uno en la situación que esté, pero hay que arrojar lo que estorba lo que nos paraliza.  Sobre todo creo que lo mas importante es que cada cual esté seguro de sí, de estar conforme con el paso que en su día dimos, y no parar hasta encontrar la felicidad, como tu has hecho. Estoy segura que a mas de uno puede ayudar tu experiencia.

Pues claro que no significa haber abandonado la Iglesia, yo sigo con mis creencias aprendidas en el seno de una familia católica practicante, y justo por eso me fuí del Opus Dei, porque ese alejamiento de mi familia, esa imposición a todo lo que tenía que hacer, ese mirar con lupa todos mis actos, ese "obedecer o marcharse" repetido hasta la saciedad, tanto va el cantaro a la fuente... que al final se rompe. Si eso era felicidad...

Y yo veía que todo aquello no era de Dios, tanto incapié en separarme de mi familia cuando más lo necesitaban, tanta soledad sentida y acumulada cuando ya no contaba con mis padres, y recién fallecida mi madre es lo que me llevó a decir ahí os quedais.

Mira, a pesar que me dijeron cuando me fuí que me iba a condenar, siempre tuve presente que mi amor por Dios no me podía llevar a eso, y con el paso de los años lo estoy comprobando, se puede ser muy feliz fuera del OD.

Y lo vivido allí, lo sufrido allí, ahí queda, Dios lo aprovecha todo, nuestra entrega del principio, nuestro sufrimiento, nuestras dudas... y nuestra salida, nada se pierde, no lo crees así?

Que sigas siendo muy feliz, y espero que estés recuperada de tu enfermedad.

Un abrazo

Maries