Querida Calandria

Me gustaría que leyeras de nuevo tus escritos y los míos, porque pienso que no nos estamos entendiendo. O igual es que yo no me explico bien…

Me agradeces que te atribuya el “tic de defender a la Obra de manera instintiva” y te enorgulleces de ello. Pero amputas mi frase. Yo dije: “el tic de defender a la Obra de manera instintiva, así se hunda el mundo”, o sea, aunque se hunda el mundo, pase lo que pase, con razón o sin ella. Y eso, a mi modo de ver, no es virtud.

Sobre el tema de estar en este mundo para “santificar” a los demás convirtiéndoles en otros Cristos a base de crucificarles, azotarles, etc, ya te han escrito varios y me sorprende que sigas en tus trece. Por favor, piénsalo un poco, anda. Por cierto, a Cristo no le crucificaron los judíos, sino los romanos. Podrías decirme que los judíos lo entregaron a los romanos, empezando por Judas y continuando por los fariseos. De acuerdo. La pregunta es: ¿hicieron bien? Nadie niega (al menos yo no) que uno se haga santo en las contradicciones, las humillaciones, con los alfilerazos de cada día, etc, etc. No estamos hablando de eso.

No entiendo muy bien tu párrafo en el que parece que vas a criticar mi alusión a los contenidos de OL. Porque al final dices estar de acuerdo en que el noventa por ciento de lo escrito es cierto. Entonces, ¿por qué arremetes contra la página, porque contar cosas ciertas desprestigia a la Obra? Sinceramente, creo que finalmente me das la razón.

Disculpa si te han molestado las preguntas que te hice. Sólo quería hacerte pensar. Sigo pensando que es contradictoria tu posición, por eso quería hacértelo ver. En cuanto al uso del término “colaboradores”, lo que quise decir es que con tu expresión dabas a entender que en OpusLibros hay un trabajo conjunto, un acuerdo previo en la “línea editorial”. Y no es así. Aquí escribe quien quiere y lo que quiere. Como tú y como yo.

Afectuosamente,