Se puede ser feliz porque se es ciego o sordo. Se puede aceptar una verdad por pura incredulidad, por orgullo, porque resulta humillante reconocer un engaño después de tantos años. "Lo alto conoce lo bajo, pero lo bajo desconoce lo alto" (demilibro, 226)

Quizá la ignorancia también tenga algo que ver con la debilidad, debilidad que nace y crece con la monotonía de sentirse seguro, debilidad sutil que también es ignorada, pero que está ahí. El creer que todo está bien. La confianza puesta en un sistema en el que supuestamente todo va bien, porque si el fin es bueno, es evidente que los medios para conseguirlos son buenos. Quizá alguna vez se cometa algún error. La ignorancia entonces confía en la seguridad que le da saber que ya habrá alguien que se encargue de corregir los fallos...

Para informar sobre el opusdei, no hace falta si quiera cita previa. Estos últimos párrafos los he escrito pensando en tí. Nos encontramos después de ocho o nueve años sin vernos. Te conté algunas cosas y te hablé de algunas personas. Noté que te entristecías. También tú sabías algo. Espero que poco a poco vayas saliendo de tu ignorancia. Quizá te resulte más cómodo seguir viviendo sin conocer la verdad, porque puedes seguir siendo feliz sin complicarte la vida.

"Lo peor de la ignorancia ... es que ... a medida que se porolonga adquiere  confianza"  (demilibro,226)

¿Hasta qué punto se puede ser culpable una vez superada la ignorancia? Cierto que conocerlo todo en una organización tan hermética no es posible. Cierto que es muy improbable acceder a la información clasificada, reservada para quien está en lo alto. Cierto que quien tiene el poder tiene la fuerza y maneja a su antojo a todo el que tiene por debajo.

Pero también es verdad que existen posiciones intermedias, en las que se tiene acceso  a muchos datos, pudiendo así ser más objetivos.

Así pues hay personas que un día se subieron al barco. La mar estaba en calma y todo parecía maravilloso y el horizonte era divino. Pero fueron pasando los años, y las aguas se volvieron turbulentas, y ahí estaban empeñados en seguir a flote.

Sí, esta gente sabe que hay muchas cosas que se hacen mal, pero "también el mundo está mal", "ahora, todo parece un caos". "Y, bueno, tal vez un día ésto cambie" Y entonces  pactan con su caos y así, de algún modo, aunque sin maldad, se convierten en cómplices.

Escribo ésto pensando en tí. A finales de agosto hablé contigo en madrid. Si no ha habido "cambios" ocupabas una posición mediaalta. Asentiste a todo lo que te decía. Me pareciste una persona sensata. Pero no fuiste capaz de decir que el opusdei no es íntegro.

Cuando te dejé, me fui contenta y a la vez un poco triste, porque me pareciste una conformista. Te dije que si alguna vez pensabas en irte, yo estaría ahí. Tu, con la boca chica y sin mucho entusiasmo me dijiste "Dios no lo quiera".

"Estaba furioso por no tener zapatos; entonces encontré un hombre que no tenía pies y me sentí contento de mí mismo" (demilibro, 24) ....

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