El Opus Dei, una institución asociativa con pretensiones de diócesis.- Daniel_M
Fecha Monday, 21 September 2009
Tema 110. Aspectos jurídicos


El pasado viernes, 18 de septiembre, Josef Knecht publicó un interesante escrito sobre la naturaleza asociativa del Opus Dei. Como sabemos el Opus Dei impone a sus miembros las enseñanzas de que pertenecen a la estructura jerárquica de la Iglesia y que, por ello, son circunscripción eclesíastica. Afirmaciones radicalmente contrarias a lo establecido por las autoridades competentes de la Iglesia Católica.

Esta insistencia del Opus Dei por ser una institución de naturaleza análoga a una diócesis, no responde más que a un intenso deseo de independencia máxima dentro de la Iglesia. Desean que ninguna diócesis –obispos- pueda jamás “meterse” en nada de su funcionamiento interno. Esta pretensión es un ejemplo claro de cómo se antepone la voluntad del fundador a la voluntad de la Iglesia, pues llevan desde 1983 oponiéndose a lo establecido por la Iglesia en el Código de Derecho Canónico...



Este deseo de independencia absoluta, si lo consiguieran, no originaría más que indefensión y perjuicio para miembros y ex-miembros. Los fieles de una diócesis, que hubieran sido miembros del Opus Dei, quedarían desprotegidos en cualquier reclamación ante el Opus Dei, porque sus obispos se negarían a intervenir respecto a esta Prelatura Personal. Esto que comento, ya ha pasado con cierta diócesis española, dirigida por un obispo pro-opus.

La respuesta de Josef Knecht es certera, el Opus Dei no es ni puede ser una estructura jerárquica eclesial pues en la raíz de esta institución existe claramente un fenómeno vocacional. Fenómeno que no se puede dar en ninguna estructura jerárquica, como son las diócesis.

El Opus Dei es una institución vocacional, exige de forma clara una “vocación determinada” para pertenecer a la misma. El rechazo a la clasificación que el Código de Derecho Canónico hizo de las prelaturas personales, su insistencia rebelde, contraria y desobediente a lo preceptuado por la Santa Sede, nos muestra una faceta especial del Opus Dei. Quienes exigen la obediencia más radical a lo establecido por el Prelado en esta materia, son los mismos que se oponen con rotundidad a lo establecido por el Papa (antes Juan Pablo II y ahora Benedicto XVI). No lo harán directamente ante las autoridades eclesiales –no tienen esa valentía- pero si lo hacen “por la espalda”, a través de publicaciones de canonistas afines, exigiéndolo a sus miembros sin importarles si es verdad o no lo que dicen.

Nunca acudirá el Opus Dei directamente a la Congregación para la interpretación de los Textos Legislativos con el fin de resolver su peculiar interpretación de la naturaleza de las prelaturas personales. Mediante la publicación de incesantes estudios sobre las prelaturas personales y el cambio lento en la interpretación de la doctrina, querrán conseguir –por detrás- lo que no pueden conseguir dando la cara: que llegue el día que la Iglesia considere una prelatura personal como una institución jerárquica.

Al que conoce este asunto, le queda más nítido y claro lo que constituye esa pretensión del Opus Dei de “servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida”. Es una frase falsa. En el Opus Dei hay que contrastar siempre lo que afirman con lo que luego hacen.

Quería felicitar a Josef Knecht por su artículo. Solo un matiz, ese carácter vocacional del Opus Dei, su espiritualidad, es el mismo de un instituto secular. La vocación al Opus, es de la misma exigencia que una vocación consagrada, aunque en las palabras se definan como laicos (sin votos). No han cambiado nada de lo que hacían antes, sus exigencias espirituales siguen siendo las mismas. Pese a que pasaran de instituto secular a prelatura personal. Esta formalidad jurídica no ha afectado a su naturaleza espiritual asociativa. Sólo han cambiado la palabra “votos” por la palabra “promesas”. El resto, es lo mismo.

Pero sería deseable que informasen a los candidatos a ingresar en el Opus Dei que la vocación al Opus es la misma en exigencias que una vocación consagrada. Así muchos sabrían donde realmente se están metiendo, en qué tipo de institución de la Iglesia. Y dichos candidatos podrían decidir, con mejor información, si desean pertenecer o no a lo que no es más que una orden religiosa. Pues es triste como tantos, creyéndo que se meten en una asociación sin más, se meten en una orden. Y al final, salen, rotos de esa "orden" peculiar.

Un saludo cordial,

Daniel_M.







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