He clasificado este envío como agradecimiento, en realidad a Melqui, porque lo que escribí no lo vi cuando se publicó, pero gracias Melqui por haberte tomado un tiempito para contestarme. Creo que me siento muy parecido a tí. Son muchos años de haber dejado la Obra, y en verdad que los recuerdos no son malos, y sobre todo, sí creo haber puesto los pilares para mi encuentro con Dios, que persiste hasta ahora. Soy católica practicante y no pertenezco a ningún grupo religioso, no tengo dirección espiritual, pero procuro encontrarme con Dios, me parece maravilloso ser sal y luz, saber que mi vida vale para los que están cerca de mi, y unida a Cristo, frecuentando los sacramentos, ser partícipe de la Redención. Creo que es mejor centrarse en continuar en un ideal de llevar la buena nueva a todos.

Tienes razón: Soy de una pasta especial, no suelo llorar y procuro no dejarme llevar nunca por sentimientos negativos. Será una pasta con la que nací, o la adquirí? En todo caso, sí sé condolerme con el que sufre. Soy médica y conozco tanto, he visto tanto, que realmente no podría concentrarme en lamentar cosas negativas. Como tú dices, me siento llena de amor a los de cerca, y a cualquier ser humano. No soy capaz de resentirme con nadie, y no lo considero virtud, es simplemente una gran capacidad de olvidar lo malo. Hay quien dice que perdona pero no olvida. Yo perdono porque olvido.

Perdónen si tal vez pongo otro tono a estos envíos, de todos modos creo entenderos, ojalá todos cureis las heridas pronto. Por cierto, mi hija mayor tuvo un novio 7 años, y lo que decías, le ha pasado igual que a mí, ha perdonado y olvidado.

Un abrazo a todos, MariP