Calandria: me has calado. Sentido sobrenatural, desgraciadamente, cero. Pero eché de menos (y lo digo sin la menor ironía) tu aportación. Cierto que sería mucho más enriquecedor el escrito si no tuviera esa carencia. ¡Ánimo, y completa mis consejos! Los no fueraborda lo agradecerán. Y yo, también.

Dionisio: efectivamente, para quien esté dentro, impensable cumplir mis consejos. Deportado para siempre, efectivamente. Y para los que llevan años faenando, demasiado duro. Pero ¿Y para los que empiezan? (por mantener tu ejemplo de la firma del recibí) ¿Por qué no pedirlo al entregar el primer sueldo? ¿No habrá alguno que tenga ese coraje? Como lo más normal… porque lo es.

A papá-estado (a papá-prelatura), no hay que entregarle los bienes para que los administre: eso es muy comunista. Nadie como uno mismo para sacarle rendimiento. Y que no me vengan con cuentos de que “como los primeros cristianos”, porque se lo desmonto de un plumazo: ellos lo repartían entre los más necesitados. ¿Es así como se hace en la Obra?

Así que ¡ánimo a los más jóvenes! ¡A romper esquemas! Sólo los esquemas que van contra toda lógica y contra todo sentido común (y también sobrenatural). Y lo que es más fuerte: contra el mismo espíritu de la obra.

Y me despido con una frase que reconoceréis: La Obra está en vuestras manos.

Pues eso.

Fueraborda.