Por un Codigo Etico para el Activismo Religioso.- Andy88
Fecha Monday, 31 August 2009
Tema 010. Testimonios


Amigas y amigos:

Mi nick es Andy88. El número significa el año 1988, que es en el que fui acosado con mayor intensidad y consecuencias psicológicas por un numerario del Opus Dei que, en cierto modo, era un superior mío en el ámbito profesional. No llegué a ingresar, aunque lamento profundamente haber sido cooperador algún tiempo; sin ninguna convicción: simplemente fui débil y cobarde. Lo siento.

Hace 30 años, en 1979, yo era un adolescente. Un grupo de jóvenes numerarios, también adolescentes, empezaron a acudir a mi colegio, regentado por religiosos, para hacer proselitismo. Era una ciudad española mediana, capital de provincia. Uno de los religiosos se acercó un día a un grupo de alumnos en el patio, entre los que yo me encontraba. No recuerdo si le preguntamos nosotros o la iniciativa fue suya, pero se me ha quedado grabada a fuego la frase que pronunció. Entonces me pareció una exageración, hoy la entiendo mejor. Dijo esto: "Si tuviera un hijo, preferiría que tuviese la lepra a que se hiciese del Opus Dei. Porque la lepra se cura, y el Opus Dei no". Nos quedamos de piedra, como es fácil imaginar. Lo que dijo significa que ciertos daños físicos curan mejor que el daño mental, como todo el mundo sabe. Pero no comparto el sentido literal de la frase: creo que lo que la organización Opus Dei hace en las mentes se puede curar del todo, que es posible superar el dolor...



Quiero decir que para mí la religión, entendida como vivencia espiritual, es algo maravilloso. Ayuda a vivir y a morir. Es amor a Dios y a los que están con nosotros en el camino de la vida. Creo en el Señor y en su forma de amar. En la ética que de ello se deriva en la vida personal y social.

Pero todos sabemos que nada más fácil de manipular y echar a perder que el amor. ¡Con qué facilidad puede ser manipulado y tergiversado¡ Imitado. Basta que el egoísmo –personal o corporativo- tome el control.

¿Por qué tanto dolor en torno al Opus Dei? El que hemos vivido y el que hemos visto en otros. El Opus Dei es una forma de religiosidad muy característica, propia de una cierta mentalidad, en la que la organización es más importante que la persona, y en la que la organización es “hiperorganización”. Que piensa que sin un control total y absoluto de la mente de las personas no es viable una ética cristiana. Y que, en consecuencia, coherentemente, controla “más y mejor”. Si ello causa dolor a las personas más idealistas y sensibles... no es su problema. Y mientras, acumula capital y se queja de “incomprensión”.

No la hay. La comprensión es perfecta. Siempre ha habido, hay y habrá ese tipo de mentalidad en el cristianismo y en otras religiones. Es un atajo fácil. Ante la evidente dificultad de la ética cristiana, creemos organizaciones hipercohesionadas, con las mentes bien controladas, “perfectas”. Y dejemos en la cuneta a quien no “comprenda” o no lo aguante y se derrumbe. Y sin embargo... yo creo en una ética cristiana auténtica, exigente, fruto del Espíritu y de nuestra disponibilidad a Él, sin que haya que controlar la mente ni acumular capital para conseguirlo. No tiene mucho mérito que yo crea en eso, porque lo veo todos los días en muchas personas. Que fallan, cómo no. ¿Pero es que ellos, los del Opus Dei, no fallan? ¿Entonces, para qué tanto dolor?

Hace falta –y aludo por fin al título de esta intervención- un “Código Ético del Activismo Religioso”. Opuslibros, esta web, no solo viene prestando un servicio impagable para la completa comprensión de esta organización, para “prevenir y curar dolor” (¿cabe fin más noble, compartible por cristianos y no cristianos?), sino que también puede prestar un servicio de alcance más general. La tentación de crear organizaciones del “tipo Opus Dei” existe y existirá. Es un arquetipo.

Por razones profesionales, he conocido a personas de muy diversas ideologías y culturas. Trabajo en el campo de los derechos humanos. Puede parecer que nos separa mucho a las personas, pero creo que es posible un “mínimo común denominador ético”. Sin esa convicción no se podría trabajar seriamente en derechos humanos. Creo en la fuerza positiva de la religión, pero en una religión con ética no solo en los contenidos sino en cómo se transmiten. Por ejemplo: “Las ideas no se imponen, sino que se proponen”. (Juan Pablo II en Cuatro Vientos, mayo de 2003). E “imponer” no es solo ponerte una pistola en el pecho. Hay una “imposición” característica de las organizaciones “hipercohesionadas” que los lectores de esta web conocen perfectamente.

Quiero daros las gracias y animaros. A seguir con esta tarea al servicio de la verdad iniciada en 2002. Y también a definir –prácticamente está hecho en vuestro fondo documental- un código ético. De lo que se puede hacer y de lo que no en el activismo religioso. Una propuesta positiva, fruto de tantas y tantas experiencias, para ayudarnos a nosotros y a nuestros hijos.

Amigas y amigos, por ayudar a prevenir y sanar dolor, sencillamente, una vez más, muchísimas gracias.

Andy88







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