Apreciado Mineru,

No le veo ningún sentido al ataque que hiciste el viernes pasado a lo que escribió Josef Knecht con el consiguiente sofoco que te has llevado. El tema de los sacerdotes se está tratando en el contexto de sacerdotes de la Obra en particular y así lo hizo Josef en su escrito “Misterioso limbo existencial de los seminaristas de la Prelatura”. A este escrito respondiste hablando de lo que era el sacerdocio en general, una brillante formulación, pero fuera del contexto en el que la exposición se movía. De ahí que Josef entendiera, como yo entendí al leerte e imagino que otros, que ese no era el tema, que hablábamos –yo también participé, a mi manera,- de los numerarios que se ordenaban por obediencia y no por vocación sacerdotal. Y, por último, que la decisión dependía del Prelado de la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, que así se llama la institución.

Lo que está escribiendo Haenobarbo al respecto: “Recuerdos del tema del sacerdocio en el Opus Dei” me parece que es de lo que se trata el asunto y en nada contradice a lo aportado por Josef. Y en otro plano respecto al fundador, Doserra y EBE profundizan también sobre el sacerdocio relacionado con la Obra. Lo tuyo, en cambio, fue –repito- una clase teórica muy bien argumentada sobre el sacerdocio en general según la Doctrina de la Iglesia, el Código de Derecho Canónico y demás ortodoxia. Pero ése no era el tema. Por eso parecía que no habías tenido mucha experiencia dentro de la Obra o que no hubieras sido numerario, al hacer esas precisiones que no venían a cuento.

Una respuesta, la tuya, desproporcionada e injusta.

Por otro lado, te felicito por tu intervención del pasado lunes titulada "Lo que el Opus Dei desea sin éxito". Das una de cal y otra de arena, no sé por qué.

Cordialmente,

Brian