La gran comedia (y IV).- Books
Fecha Friday, 24 July 2009
Tema 070. Costumbres y Praxis


También tienen sus minutos de gloria, a veces excesivos, las ejemplares en el "cuidado de las cosas pequeñas".

El sillón a un centímetro de la pared. La mesa a veinte centímetros del sillón. La silla, a treinta centímetros de la mesa. En los manteles, ni la más minúscula manchita, ni una mísera miga de pan. Las papeleras, justo en la esquina. Son las de: "podrías bajar el tono de voz durante el tiempo de la tarde", "cuando haces la genuflexión te tuerces un poco hacia la izquierda", "al andar parece que arrastras los pies", "deberías cerrar las puertas con más delicadeza". Son insoportables. Son perfectas emulando asufundador...



Y así, entre chismosas, sibaritas, maniáticas, programadoras, sabias, yupis,  deprimidas, se van pasando los días, los meses, los años. Y se van escrbiendo páginas en esta gran comedia "su divina comedia".

Y entre páginas y páginas de tebeos, se intercalan octavillas de apostolados falsos, seductoras convivencias, medios de formación monótonos, vacíos. De amigas inexistentes, de invitaciones con dobles intenciones, de actividades con trampa. De sonrisas ensayadas, excesivamente usadas.

Toda esta comedia es fruto de la imaginación y de la exageración. Ninguno de los personajes que se insinúan son reales. Toda ella no es más que una visión que tuvo un señor con veintiseis años, la gracia de dios y buen humor, aunque a veces se lo llevaran los demonios por chorradas y fastidiara a sus hijas y a sus hijos con su mal genio.

Dios, omnipotente y eterno, que también es omnisabio, tiene un gran sentido común. No le gusta perder el tiempo, aún teniendo todo el tiempo del mundo. Lo dedica todo a las criaturas que El creó, a las de carne y hueso. A las que hacen las cosas mal, a los que intentan hacerlas mejor, a los que cometen fallos, a los que saben que no saben, a los pobres, a los ricos, a los cojos, a los feos, a los mejor parecidos.

No pierde el tiempo haciendo caso a ese rumor que escuchó de que había por ahí  una carpa de circo montada por algo que se llama opusdei. Si algunas vez se molesta en asomar la cabeza, con un soplo volará la lona y todo quedará en el aire.

Si alguien empezó a leer pensando en reirse y no lo hizo, puede pinchar en "la oveja naranja", con suerte aún está colgado en la red. Quizá se tire por los suelos, o tal vez sienta vergüenza ajena. Vamos bien.

Books, marioneta que renunció a la fama como payasa, payasa que ahora se ríe de verdad, sobre todo de ella misma.

Books

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