Josef: ¿lo dices en serio?.- Mineru.
Fecha Friday, 24 July 2009
Tema 100. Aspectos sociológicos


Apreciado Josef Knecht:

 

Agradezco sinceramente las dulces palabras que viertes en tu último escrito. No obstante, también con todo mi respeto y cordialidad, te propongo que releas los párrafos con que me “obsequias” y que ahora transcribo:

 

Lo que escribí sobre los seminaristas del Opus sólo lo puede entender bien, en su verdadera dimensión existencial, el que está o ha estado dentro y además se hace preguntas como las que nos planteamos en esta página Opuslibros. (…).

 

Yo escribí dirigiéndome a gente que es o ha sido del Opus Dei, y ellos seguramente me han entendido bien; (…).

 

Entender los matices peculiares y existenciales (no meramente jurídicos) de la vida interna de la Obra no es siempre fácil para quien no los haya vivido en su propia carne; y eso, creo, es lo que le pasa a Mineru. (…)”

 

 

¿Lo dices en serio?, Josef.

 

¿De verdad crees o sostienes que la medida cierta o probable de lo que una persona se ha enterado o dejado de enterar sobre las dimensiones oficiales, peculiares o existenciales de la Prelatura es la coincidencia, entendimiento, aceptación o identificación con tus ideas, experiencias o postulados personales, aunque sean representativos de los de otras personas?

 

¿De verdad pretendes usar argumentos “ad hominem” para justificar posiciones o conclusiones dialécticas objetivas? (Mineru no me ha entendido bien, es decir, no se ha enterado bien de los matices peculiares o existenciales porque no comparte bien lo que Josef dice, ergo …. : es que no los ha vivido bien en su propia carne, O sea, que no ha sido bien del Opus)

 

¿En serio pretendes, de rebote, excluir también de este debate a la SF (Sección Femenina, antaño nuestras hermanas), que nunca han podido “vivir bien en su propia carne” la “verdadera dimensión existencial” de “lo que escribiste sobre los seminaristas del Opus” por la simple y sumaria razón de que jamás se les pudo plantear, ni bien ni mal, que se ordenasen “sacerdotisas”?

 

¿¿¿ (…) ???

 

Te ruego consideres que también forman parte de la sociedad humana (y de OPUSLIBROS) personas que se toman muy en serio lo que está escrito y también lo que ellas mismas escriben, con vergüenza torera, pretendiendo actuar escrupulosamente cuando leen y escriben. Para algunas de estas personas, el “actuar escrupuloso” y la “vergüenza torera” nos llegan quizá por la vía de la “costumbre profesional”. Cuando “se lee o escribe” por razón del “cargo y posición que ocupo” con la conciencia de que otras personas padecen “graves consecuencias” que afectarán a su existencia durante años, creo que todos estaremos de acuerdo en que ningún escrúpulo ni vergüenza están de más, si se aplican como es debido en justicia (y, añado, en caridad). Antes bien, todo lo contrario. En consecuencia, no es de extrañar que las mismas costumbres “impregnen” otros  escritos redactados fuera del ámbito estrictamente profesional.

 

Por tanto, insisto: vendría bien considerar que otros “enfoques del problema” diferentes, quizá más escrupulosos, no tienen por qué ser tachados como “de menos legitimidad en OPUSLIBROS” o de “menor captación” de las realidades jurídicas, o peculiares, o existenciales de la Prelatura. Vendría bien, so pena de pervertir la posición o enfoque que se defiende –aunque no se justifique- como “auténticamente institucional”, perversión que consiste, básicamente, en imitar la misma forma de actuar que se critica de la Prelatura.

 

A la postre, yerras de plano cuando por vez primera opinas que no he vivido en carne propia los matices peculiares y existenciales de la vida interna de la Obra. También se equivocaría quien afirmare que no he sido miembro de la Prelatura con la fidelidad hecha y muchos años dentro. He sido; ya no lo soy. Punto final.

 

La primera vez que alguien afirme lo contrario puede considerarse un error. Pero sólo la primera. Y ninguna diatriba, ni loa, ni sentimentalismo ocultan la falta de verdad. Tampoco puede combatirse o defenderse un error con otro error.

 

Por así de escrupulosa tengo yo a la verdad sobre mi pertenencia y vivencias en la Prelatura. Y, conforme a ello, procuro escribir.

 

Atentamente,

 

Mineru.-









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