¿Cómo se puede ser tan mala persona?.- Rocaberti
Fecha Friday, 17 July 2009
Tema 050. Proselitismo, vocación


Hola a todos:

                     Al leer las últimas aportaciones de algunos de vosotros relatando cómo funcionan los órganos de gobierno de la Obra, me he sentido mal, muy mal ¿Cómo se puede ser tan mala persona, tan cínico y a la vez creerse que uno está cerca de Dios? Las religiones dan pena, siempre buscando dinero, poder, grandeza y rechazando a los débiles, los pobres, los desgraciados.

                     Viajo habitualmente a Roma, y cada vez veo que la Obra logra mayor prestigio por su capacidad ecónomica, por su habilidad, pero nadie me habla de su bondad, de su corazón. Me parece que el símbolo del Opus Dei, más que el mundo y la cruz, debedría ser la alcachofa, muchas hojas y muy díficil encontrar el corazón.

                      Conocí a Sanchez Bella, y siempre fue amable conmigo, pero esto de que los que tienen problemas estén tranquilos en la habitación con sus pastillas y los demás a buscar vocaciones me parece que le descalifica totalmete como persona, para que tanta tontería si después te mueres. Por mucho que uno crea que obedecer es camino seguro, esto es falso ni el papa puede afirmar que esto es verdad; el cristiano está obligado a seguir su propia conciencia y a no obedecer ninguna indicación que vaya en contra de su conciencia y lo demás son cuentos de curas y monjas, pero no de seguidores de Jesucristo.

                       Es una pena descubrir tanta corrupción en los responsables de la Igesia, más que hombres de fe son políticos de baratillo, que se venden por cuatro moneditas. El dinero y el poder es el gran ídolo al que todos adoran y el amor a los hermanos sólo es un tópico dialéctico. El sectarismo, la cerrazón están al orden del día. a veces pienso "soli Deo" Solo en Dios podemos confiar, porque todo lo demás está destruido.

                       ¡Qué pena me da la Obra! Gente que ha renunciado a tener una vida propia, al final viviendo como burguesillos de poco pelo, sin corazón, acostubrados a manipular, a la frialdad de sentimientos, con la sensualidad y la sensibilidad emboltadas, auténticas máquinas de fabricar vocaciones. Es lo que más me aterra del Opus Dei: esta capacidad de embaucar a la gente, sabiendo que muchos no podrán seguir porque no es lo suyo, y sin inmutarse, lo hacen con una frialdad calculada. Son unos pobres desgraciados, porque por obedecer a unos chicharelos a los que llaman directores, han perdido su humanidad.

                     Un saludo.

                                        Rocaberti









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