Cuidado.- coplasuelta
Fecha Friday, 03 July 2009
Tema 010. Testimonios


Cuidado. Mucho cuidado. Con mucha prudencia. En manos de, al menos, sacerdotes santos. No sé puede uno plantear si está o no en gracia de Dios. Nadie lo puede asegurar y Lutero lo sufrió hasta llegar a negar cualquier rastro de Caridad en Dios. Siendo así, sin dejar resquicio a arrepentimientos que son obra del Maligno, que nos enredan en problemas de escrúpulos y no de arrepentimientos, cualquier alma, por negro que sea su pasado, por la Gracia de Dios se vuelve pura como la nieve, a pesar de todos los hermanos mayores que odian al Hijo Prodigo.

Es aún más grave, más doloroso, más del demonio, más de la cosa esa prelaturizada, que aprendices de brujo, lleguen a decir en público o en privado, quien está o no en gracia de Dios. La Iglesia sólo declara quien está en el Cielo. No puede decir quien está en el Infierno. El juicio moral sobre los actos, en sí mismos, son fáciles. Abortar está mal. Robar no está bien. Tener relaciones prematrimoniales no es lo correcto, etc. Pero eso es sólo una declaración de actos en sí mismos...



El relativismo moral que vivimos no se cura con salvajes declaraciones de moralidad puritana, ni con juicios caritativos, de esos que deben mover al arrepentimiento, y que son puras y burdas heridas a los más débiles.

El relativismo moral en el que vivimos, que todo lo sujeta a las circunstancias personales, dejando aún lado todo lo que es moralmente reprochable, no tiene su correlato en declaraciones de condena de blanco o negro.

Perdemos el hilo de las cuestiones más elementales. El pecado lo es porque daña al hombre y por eso es ofensa a Dios. No es un transgresión de una moral de clase media, ni el pasarse de la ralla en no vivir con heroísmo las tendencias más bajas del ser humano.

La entrega en el amor a otra persona y la creación de ese estado natural del matrimonio, no tiene nada que ver con el estar o no en Gracia de Dios tal o cual momento de nuestras vidas. De ahí viene lo de tirar la primera piedra.

Que una persona se crea o no en pecado es una cuestión de conciencia que ha de dilucidar ni en un momento ni en un instante. Los actos humanos no se pueden cortar en un momento y valorarlos luego por reglas precisas.

Siempre he creído que la cosa prelaturizada está especializada más en la negación, en el temor, en las manías de un psicópata o paranoico que en la vida normal de un cristiano. No es tanto evitar el pecado como encontrar en positivo el plan de Dios, en responder porque ha visto Dios que es bueno que yo exista. Por eso, desde el comienzo de la Creación, sin distinciones morales entre la naturaleza y la sobrenaturaleza, añaden tanto desorden moral como intelectual.  

La lucha de la clase media por la apariencia y por evitar los pecados son baldíos porque serán  siempre cometidos de forma vergonzosa y escrupulosa. El correlato liberador del progre creará el simétrico punto de partida donde esas obsesiones y escrúpulos se salvan viviendo en ellos sin superarlos.  

En el medio, siempre en el medio, la virtud. En el encuentro positivo del desarrollo personal apoyados en la Gracia y en la correspondencia personal, está el trabajar en crear y en construir, en las circunstancias que sean, no sólo un mundo mejor o qué sé yo utopías, sino la referencia absoluta, el fin y el objetivo que se esconden en la conciencia personal. Y ese reto es el que evitan las sectas en tiempos de Jesús y en nuestros días. La liberación del pecado personal, de las conciencias, el amor incondicional de Dios, es demasiado peligroso para progres y derechones. Y no hay revolución pendiente. Siempre serán más, más violentos, quienes desean someter a los demás, crear paraísos en la Tierra. Si quien libero murió, ¿Qué no les pasará a los liberados?

Quien crea que me voy a los cerros contemplativos es que ha hipotecado su presente, el enfrentarse a sí mismo, por un futuro que no verá. Si lo que justifica y orienta la vida toda es luchar por erradicar la injusticia de este mundo, tendrá que comenzar a ver que ese agujero negro de su hipotecada vida está generando  la parte proporcional de injusticia que detesta.

Pero eso me desvia del tema. Lo que más me irrita de la cosa es que cualquier mamoncete va y juzga tu vida, con esa Gracia de Estado de Director, que es pura basura de acomplejados.

Coplasuelta







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