Yo me saí hace 4 años, ¡qué respiro!. No extraño nada de sus repetitivas charlas y muy repetitivas tertulas. Se me abrieron los ojos cuando entré a estudiar Teología. Me di cuenta de que no era la doctora en Teología que me auguraban: no tenía lagunas de conocimiento sino océanos.
Y si así se ordenan en la obra los sacerdotes, con casi nada de formación teológica pero pensando que son casi post doctorados, qué ingenuidad.
Gracias a Dios me fui, estoy feliz. Y mi amistad con Dios la continuo sin intermediarios.
Pefa